Nuestra industria televisiva vive un gran momento, con producciones cada vez más elaboradas y un creciente interés por parte de las plataforma de streaming por lanzar series nacionales. Una veda que, sin ningún género de duda, quedó abierta con La casa de papel, la ficción que puso a España en el mapa en Netflix y que dejó claro que aquí sabíamos hacer thrillers y series adictivas muy potentes y que no teníamos nada que envidiar a otras industrias europeas o internacionales más reconocidas.
El testigo lo han recogido otras ficciones que engloban varios géneros diferentes y que son la prueba viviente de que en nuestro país sabemos hacer producciones más allá del cine policíaco. Comedias de situación y atrevidas nuevas visiones históricas también han sabido calar hondo en el público internacional abriendo el abanico de nuestra industria y fomentando un mayor interés de estas productoras en trabajar con nuestro país.
Este cambio de tendencia se ha visto reflejado este año más que ninguno, con hasta cuatro producciones copando los primeros puestos en numerosos países del mundo y llegando a estar situadas en top 5 mundial de lo más visto. Otras como Cuando nadie nos ve, captó la atención de la crítica internacional, del mismo modo que Legado logró numerosas valoraciones positivas y gozó de muy buenas cifras de audiencia en Latinoamérica.
Imagen de la tercera temporada de Machos alfa.
Netlix

Machos alfa
La tercera temporada de Machos alfa volvió a causar muy buena impresión en la plataforma de Netflix, logrando ubicarse con celeridad en los principales tops de numerosos países europeos y de otros continentes. Los nuevos capítulos de la serie creada por Laura y Alberto Caballero dieron en el clavo una vez más, ofreciendo entretenimiento de primera y una buena historia que siga ampliando el universo de estos cuatro amigos.
A ello hay que unirle un reparto que vuelve a congeniar de manera brillante, caras nuevas que funcionan muy bien y que logran entrar en la dinámica de la serie, y mucho humor para seguir desarrollando esta historia rocambolesca que ha calado hondo entre los usuarios internacionales de Netflix. Tanto es así, que en este 2025 hemos visto hasta tres países que han adaptado la fórmula de la serie para ofrecer sus propias versiones como son Francia, Italia y Países Bajos. Una lista a la que pronto se unirá Alemania también.
Una escena de Manual para señoritas.
Netflix

Manual para señoritas
Sin duda, la sorpresa más agradable de las series que se han producido este año en nuestro país. Con una presentación y un estilo casi únicos, apareció con fuerza desde el día de su estreno para convertirse en una de las series más vistas en todo el mundo. Una puesta en escena maravillosa y una fotografía llena de luz y color que servían de ua excelente base para contar una historia divertida, simpática y entrañable, aunque también gamberra y rompedora, sobre el papel de las carabinas en la época galdosiana de Madrid del siglo XIX.
Nada de esto hubiera funcionado sin la presencia y el carisma de una Nadia de Santiago capaz de ofrecer una interpretación única y cargada de matices, en la que se nos presenta como alguien dulce y noble, pero que también sabe ser mala cuando las circunstacias lo precisan. Un reparto de oro con muchas caras conocidas, una dirección artística brillante y la exploración de un universo súper interesante al que, tristemente, parece que no regresaremos con la cancelación de la segunda temporada debido al coste que suponen series de época como esta. Una pena.
Álvaro Mel caracterizado como Elmer en una secuencia de El jardinero.
Netflix

El jardinero
El jardinero pasará a la historia como la serie que logró desbancar al fenómeno imbatible de Adolescencia. Nadie podrá quitarle eso a la ficción creada por Miguel Sáez Carral, que se situó en el top 1 mundial casi desde el día de su estreno, soprendiendo a todos con una propuesta diferente y bien llevada. Una historia de thriller que enganchó a todos y que fue tendencia en la plataforma durante semanas por delante de producciones mucho más importantes y reconocidas como Black Mirror, que estrenaba su séptima temporada.
Buenas interpretaciones, una historia interesante y que logra atrapar al espectador y un guión que se desarrolla bien son los principales cimientos de uno de los productos más entretenidos de los que han salido en Netflix este año. Sin mucho artificio, logra lo que otras series de la plataforma con mucho más presupuesto esperan conseguir, lo que otorga aún más valor a la ficción de Carral, que juega muy bien sus cartas y que construye una trama casi mágica por las calles de una Pontevedra llena de jardines, colores y mucha personalidad.
Olympo, una de las grandes revelaciones de la temporada.
Netlix

Olympo
Olympo ha sido la última en sumarse a esta impresionante lista con un estreno espectacular que la ha llegado a situar como la número dos en tendencia por encima de otras producciones exitosas como Ginny y Georgia o FUBAR, la serie de Arnold Schwarzenegger. Y lo ha hecho gracias a ofrecer una de esas propuestas que se hacen verdaderamente irresistibles para la audiencia con temás polémicos en los que se ven involucrados un grupo de jóvenes atractivos al más puro estilo Riverdale, Élite o Euphoria.
En este caso, la trama se desarrolla en un Centro de Alto Rendimiento, con una producción de lo más lograda y un casting que cumple con lo que se le pide y que viene ecabezado por Clara Galle. Celos, traiciones y romances que se dan la mano en el seno de un grupo de jóvenes atletas que parecen dispuestos a lo que haga falta con tal de ganar y aplastar a su competencia. Un cóctel explosivo y eléctrico que ha encandilado a espectadores de Netflix de todo el mundo y que se ha convertido en la nueva sensación de la plataforma.
Una muesrtra de lo bien que se están haciendo las cosas en nuestra industria en los últimos tiempos y del interés que despierta nuestras producciones en plataformas como Netflix. Olympo es el último ejemplo de esta tendencia, pero no el único de la relación cada vez mas provechosa que hay entre las series made in Spain y el gigante del streaming.