Uno más y van… Facundo Campazzo gritó campeón en la Liga de España por quinta vez y sumó el 15° título de su carrera con la camiseta de Real Madrid. El cordobés fue clave -sobre todo en la segunda mitad- para el triunfo 81 a 70 de visitante ante Valencia, que selló por 3-0 la serie decisiva y le dio al del conjunto «merengue» la 16ª corona de su historia y la segunda consecutiva.

Sereno y cerebral, el argentino dirigió con destreza a su equipo dentro de la cancha. Sumó nueve puntos (2-6 dobles, 1-3 triples y 2-3 libres) y tres rebotes y entregó además ocho asistencias para alimentar las planillas de sus compañeros. Fue otra enorme actuación del base de 34 años, que le puso el broche de oro a la noche con el premio de MVP de las Finales, que recibió de manos de Pau Gasol.

Desde afuera, festejó Gabriel Deck, que se perdió los últimos tres meses del torneo tras operarse por una lesión en el labrum de la cadera izquierda.

«Hubo mucha unidad y hubo mucha química entre los jugadores. Sabíamos que iban a pasar cosas buenas y aquí está», festejó Campazzo.

«Fue una liga merecida y sufrida también, porque no fue un año fácil. Estamos mal acostumbrados a tener años increíbles y este lo fue también, pero no por eso no luchamos y tuvimos muchos altibajos. Parecía que no íbamos a poder ganar títulos. Perdimos dos finales, la Supercopa y la Copa del Rey, que fueron obstáculos duros, pero supimos volver. Es meritorio para el equipo haber salido adelante con un título bajo el brazo», comentó.

Y agregó: «Vestir esta camiseta conlleva una responsabilidad y una presión. Y ganar títulos no es nada fácil; menos revalidarlos. Tenemos que tomar dimensión de lo que hicimos y de lo que venimos haciendo en los últimos años, jugando finales y llegando a los partidos que te hacen levantar trofeos. Este año levantamos uno solo, pero hay que valorarlo porque fue un esfuerzo muy grande. Jugamos la final ante un rival como Valencia, que jugó muy bien al básquetbol, con grandísimas individualidades y nos exigió al límite. Hay que valorar esto, abrazarlo y disfrutarlo».

La Fonteta, el estadio de Valencia, fue una caldera todo el partido porque las tribunas se habían llenado de fanáticos con remeras anaranjadas que esperaban hacer pesar la localía y empujar a su equipo a la victoria, para seguir con vida en la final.

Fiel a su estilo, el dueño de casa comenzó a tirar triples y a cargar con determinación el rebote ofensivo. Pero no estuvo certero en el aro y eso le permitió al Madrid tomar el mando del marcador, que lo beneficiaba por 29-19 en los primeros minutos del segundo parcial.

Solo en un tramo del partido estuvieron abajo Campazzo y compañía. Porque el ingreso de Xabi López Arostegui tuvo un efecto positivo en el conjunto local y el visitante acusó el golpe y perdió algo el rumbo. Y fue el mismo Arostegui quien, con un triple sobre la chicharra del entretiempo, puso a su equipo 40-39 arriba.

Menos de un minuto necesitó Real Madrid en el comienzo del tercer cuarto para volver a pasar al frente (41-40), con un doble de Mario Hezonja, goleador del encuentro con 16 puntos, tras una gran asistencia del argentino.

Otra vez superior en cancha, el conjunto madrileño arrancó el último capítulo con una ventaja de 11 puntos (60-40), que llegó a estirar a 16 (81-65) cuando faltaba un minuto y medio para el cierre y el título ya era casi un hecho.

Fue la 16ª corona en la Liga de España para el Madrid -que ganó además 21 títulos antes de que el torneo comenzará a disputarse con el actual formado en la temporada 1983/84- y el sexto en las últimas diez ediciones. Y fue el 32° trofeo de la carrera del argentino para agrandar su palmarés con este equipo, con el que conquistó, además de las cinco Ligas, cinco veces la Supercopa de España, tres veces la Copa del Rey y dos veces la Euroliga.