Aloña Fdez. Larrechi

Más de 500 días después (por fin) regresa nuestra serie de época favorita, y con ella esas tramas llenas de intriga, romances fallidos, desgracias inesperadas y alianzas cargadas de intereses. Porque La edad dorada estrena nuevos episodios y llega el momento de viajar de nuevo al siglo XIX en Nueva York. Una época cargada de cambios, tanto sociales como económicos, en la que las familias que primero se establecieron en la ciudad y los nuevos ricos libran batallas en las que parece que nadie va a salir bien parado.

Para que nada de lo que nos trae la tercera temporada de La edad dorada nos pille despistados, y porque ha pasado demasiado tiempo y no vemos pocas series, vamos a recuperar dónde nos quedamos en la segunda entrega de la serie que hoy regresa a HBO Max y todo lo que tenemos que saber antes de empezar a disfrutar de los nuevos episodios, que serán un total de ocho.

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Porque, como toda buena serie que se precie, en el cierre de la última entrega de La edad dorada quedaron por despejar muchas incógnitas que estamos deseando resolver. Estas son algunas de ellas.

La sucesión de desgracias en casa de Ada y Agnes

Lo cierto es que, a poco que les pase algo bueno a la pareja de hermanas que representan la alta sociedad clásica de Nueva York, será mejor que todo lo que les sucedió en la segunda temporada. Porque el destino fue especialmente cruel con las hermanas Ada y Agnes y, en ambos casos, con sus intereses vitales principales.


Christine Baranski y Cynthia Nixon son las hermanas Agnes y Ada en La edad dorada.


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Ada, el personaje interpretado por Cynthia Nixon, experimentó una montaña rusa de emociones, que comenzó con los primeros escarceos con el clérigo Luke Forte, para confirmarse en una relación seria a través de una boda y desembocó en la peor de las desgracias, la muerte del personaje de Robert Sean Leonard. Por su parte su hermana, interpretada por Christine Baranski, tuvo que ver cómo su hijo echaba por tierra todo en lo que tanto había trabajado, arruinando a la familia y dejándola sin nada. Hasta que la herencia que recibió Ada consiguió salvar los muebles.

Dentro de la mansión quedaron dos incógnitas más por resolver: el destino del joven Trotter y el futuro de Marian. Porque el primero, el joven lacayo que no cejó en su empeño de fabricar una alarma que le ayudase a realizar sus tareas puntualmente, tiene ahora la posibilidad de patentar su invento, aunque no podrá hacerlo solo. Por otro lado, la sobrina de Ada y Agnes, cerró la segunda temporada con un beso furtivo que nos llenaba de esperanza, después de los desengaños amorosos por los que se caracterizaba su vida sentimental.

En ambos casos Larry Russell es un rol esencial, aunque estamos seguras de que será su relación amorosa lo que provocará un terremoto en los hogares de ambos. Algo tan jugoso que tenemos que reconocer que estamos deseando explorar en los nuevos episodios.

El poder de Bertha Russell

Al otro lado de la calle, precisamente la madre de Larry, Bertha, confirmó que es una mujer perseverante, y logró que su sueño de hacer del MET un lugar de referencia para algo tan importante en la época como la ópera, se hiciese realidad. Pero no todo son éxitos en la vida del personaje interpretado por Carrie Coon, y va a tener que trabajar duramente por hacer realidad su otra aspiración, casar a su hija Gladys con el hombre que ella crea que le conviene. Algo en lo que ambas difieren y que, a buen seguro, provocará encontronazos en los nuevos episodios.


Louisa Jacobson y Harry Richardson son Marian y Larry en La edad dorada.


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Mientras Bertha se ocupa del bienestar de sus hijos, lo que suele traducirse en decirles con quién se deben emparejar, su marido George está completamente enfocado en sus anhelos empresariales. Y tras una segunda entrega en la que tuvo que lidiar con los sindicatos y las huelgas, la época en la que transcurre la serie nos lleva a pensar que el futuro de sus inversiones estará relacionado con la expansión del ferrocarril. Una tarea que no será fácil y que, probablemente, le costará más de un disgusto.

Los cambios en la vida de Peggy

No podemos terminar este recordatorio del final de la segunda temporada de La edad dorada sin ocuparnos de la trama de Peggy, que nos ayuda a conocer una realidad muy alejada de la pompa y los lujos de la alta sociedad neoyorquina. El personaje de Denée Benton también vivió una etapa llena de cambios en la segunda entrega, y sus ambiciones periodísticas le llevaron a experimentar buenos y malos momentos.

Su investigación sobre el futuro de las escuelas para negros dio sus frutos, pero le llevó a conocer lo peor del ser humano y lo mucho que queda por hacer en la sociedad estadounidense en lo que a derechos e igualdad se refiere.


Louisa Jacobson y Denée Benton como Marian y Peggy en una imagen de la segunda temporada de La edad dorada.


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En lo que respecta a su vida sentimental, los escarceos amorosos con Thomas Fortune finalmente terminan en el único lugar en el que podrían hacerlo, ninguno. Porque él está casado y porque ella no desea inmiscuirse en la vida de un hombre que ya ha formado una familia. Por ello, y por las vivencias que ya hemos mencionado, Peggy decide abandonar el periodismo, por lo que estamos seguras de que, en los nuevos episodios, nos esperan novedades en cuanto a su futuro personal y profesional.

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