Juan Martín

Habrá un antes y un después de lo sucedido con El cuento de la criada. La ficción original de Hulu, que hemos podido disfrutar en nuestro país a través de Max, ha culminado su andadura con uno de esos finales redondos que anhela cualquier fan para su serie favorita. Una conclusión que ha encantado a todo el mundo y que la misma Elizabeth Moss se ha encargado de ensalzar, alabando la propuesta y dejando claro que no concebían otro cierre que no fuera este.

Lo cierto es que la protagonista del show, y directora del último episodio, hacierta de pleno, puesto que la sexta temporada en general hace que se olviden sus irregulares temporadas centrales. La ficción recupera la forma y el tono que le catapultaron al éxito con una trama cargada de ritmo y emoción que la han vuelto a ubicar como una de las mejores de la última década y un fenómeno difícil de olvidar.

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Por no hablar del último capítulo, que consigue tomar un respiro tras el acelerado ritmo de los dos inmediatamente anteriores, para ofrecer una reflexión de lo más necesaria y dejar claro que la lucha y la rebelión no siempre da resultados inmediatos, pero no por ello dejan de ser victorias. Un enfoque muy maduro y alejado de otras ficciones de corte similar, en la que se nos ofrecen finales felices y poco realistas.

Un broche de oro

Y claro, no se puede hablar del final sin mencionar los instantes finales que establecen un puente con lo primero que vimos allá por 2017. Esa imagen de una joven June sentada en el alféizar, con esa mítica frase de «Una silla, una mesa, una lámpara», seguramente helaría la sangre a más de uno. Una secuencia que, según desvela propia Elizabeth, no solo deja claro que la misma Defred era la narradora del relato que da el pistoletazo de salida a la historia que acaba de culminar, sino que va mucho más allá.


June y Serena en una escena al principio de la sexta temporada.


MAX


Un plano perfecto que sirve de vínculo entre pasado y presente y que otorga a la serie un cariz diferente, construyendo una especie de narración atemporal, como si de una memoria colectiva se tratase. Tal y como confiesa en una entrevista la protagonista de la serie, ella misma se hubiera decepcionado si existiera cualquier otro final, buscando de esa forma desubicar al espectador para ofrecerle un broche de oro que cerrase el círculo de manera perfecta y encajando todas las piezas.

Un final perfecto

Lo cierto es que a la actriz y directora no le falta razón, porque la historia culmina de manera increíble, dejando las miguitas de pan necesarias para generar expectativas de cara a su secuela y, al mismo tiempo, da la puntada final al hilo que ha estado tejiendo durante seis temporadas con esas imágenes de Boston recuperada y la mansión de Waterford totalmente destrozada.

Y claro, no ha duda alguna de que El cuento de la criada ha llegado a su fin, pero aún quedan algunos arcos narrativos abiertos, como el esperadísimo reencuentro entre Hannah y June, las dudas sobre qué represalias tomará lo que queda de Gilead ahora que le han amputado una parte fundamental de susm dominios o qué pasará con Mayday ahora que Mark Tuello (Sam Jaeger) se ha convertido en su nuevo líder y comandante.


El cierre de la serie deja algunas relevaciones e incógnitas por resolver.


MAX


Para resolver todas estas dudas, tendremos que esperarnos a que llegue Los Testamentos, cuyo estreno está previsto para 2026 y que, seguramente, veremos en nuestro país otra vez a través de Max. Una serie que todo el mundo espera con ansias gracias al trabajo magistral del equipo de El cuento de la criada, una ficción cargada de mensajes y trasfondo que ha traspasado fronteras y que pasará a la historia por haberse convertido en uno de los mayores fenómenos televisivos de nuestro tiempo.

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