La ovación llegó en el medio de la euforia. El “chileno, chileno” sonó algo tibio al comienzo y tronó con fuerza en la Bombonera. Fue después del segundo gol de Boca, una definición fantástica de Carlos Palacios a la que precedió un pase fantasma. Sí, cuando la pelota llegó de Marcelo Saracchi hacia adentro, el amague del volante desorientó a Fabio Pereyra y Miguel Merentiel asistió al vacío. El resto, es historia en la hoja de vida de este futbolista que llegó del otro lado de la Cordillera y rápidamente se adaptó a la camiseta azul y oro.
Ahora bien, ¿quién es Palacios, a quien apodaron la Joya en su país natal y hoy lo llaman el Facha a orillas del Riachuelo?. Por estas horas, hay una revolución en los medios trasandinos. A fin de cuentas, el jugador de 24 años es uno de los notables valores de la ‘Roja’. Todos hablan de su gran actuación de este domingo. Incluso a sus dotes se refirió Jorge Almirón, casualmente ex entrenador de Boca, quien lo dirigió en Colo Colo.
![Foto: MARCELO CARROLL - CLARIN](http://cordobainforma.info/wp-content/uploads/2025/02/quien-es-carlos-palacios-el-chileno-que-paso-de-la-joya-al-facha-para-enamorar-a-riquelme-y-ser-ovacionado-por-los-hinchas-de-boca-2.jpg)
«Tiene muchísima personalidad, no le pesa nada entrar y jugar igual en cualquier lado. Es un chico de barrio que juega tal cual es. Es muy buen jugador, bastante completo y físicamente ha mejorado muchísimo, que era lo que le faltaba para que adquiera confianza en su juego”, apuntó Almirón. Y agregó: “Confiaba en que le iba a ir bien, no le tiene miedo a nada, está acostumbrado a convivir con el caos y Boca es un poco eso».
Palacios nació en Renca, una comuna de las región metropolitana de Santiago. De pequeño, se fue a probar a la Universidad Católica, pero no tuvo suerte. «De los 8 a los 12 años, Carlos estuvo en mi escuela gratuita. A los 11, lo llevé a Católica. Estuvo dos meses en San Carlos y, de repente, su madre me llamó para decirme que lo habían echado», contó Benito Lee Chong, uno de los formadores que lo dirigió en la escuela Recoleta Chacabuco.
Sin embargo, el ex mediocampista de ascendencia china -que jugó en la Selección trasandina en las eliminatorias clasificatorias a Francia ’98- no se dio por vencido y contactó a Palacios con la Unión Española. «Llegó a la Sub 13, luego me siguió en la Sub 15 hasta la proyección. Él dice que yo lo saqué adelante”, sostuvo Jaime Carreño, al frente de las juveniles del club de Santa Lucía. «Siempre buscaba una pared o un pase entre líneas, pensaba más rápido que todos», enfatizó. Para Carreño, es lo más parecido que vio a Juan Román Riquelme.
Y sigue siendo el mismo, al menos por lo que se observó en este puñado de partidos que jugó con la camiseta de Boca. Veloz mentalmente, aunque a veces parezca que tiene lagunas. Se mueve por el centro, como un enganche, y conecta. El presidente ídolo lo adoptó como uno de sus jugadores favoritos. Por eso no dudó en invertir 5 millones de dólares en su pase. No pudo llegar a mitad de año, pero fue el primer refuerzo incluso antes de que finalizara la participación del equipo de Fernando Gago en la temporada 2024.
![Carlos Palacios y un romance con Boca que acaba de comenzar. Foto: Boca Juniors](http://cordobainforma.info/wp-content/uploads/2025/02/quien-es-carlos-palacios-el-chileno-que-paso-de-la-joya-al-facha-para-enamorar-a-riquelme-y-ser-ovacionado-por-los-hinchas-de-boca-3.jpg)
Palacios tuvo dos experiencias en Brasil. Primero, en Inter de Porto Alegre, donde jugó 36 partidos y no pudo marcar en 2021. De hecho, el propio Facha hizo una autocrítica: “Cometí mis errores, mi mente estaba en otra cosa”. Al año siguiente, se calzó la casaca del Vasco Da Gama. En el conjunto de Río de Janeiro disputó 24 encuentros y solo hizo un gol. También fue noticia por algunos problemas con la disciplina. En Colo Colo, en cambio, encontró su mejor versión, la que le valió la convocatoria a la Selección de Chile por parte de Ricardo Gareca.
Hoy, con 194 partidos jugados en tres países, 38 goles y 28 asistencias, Palacios aparece como un titular indiscutible para Fernando Gago. Cumplió un sueño, porque desde chico quería jugar en Boca. Quizá le haya contagiado la pasión su padre, que celebró el nacimiento de su hijo y unos meses después, la consagración xeneize en Tokio, la última vez que perdió una final internacional el poderoso Real Madrid.