viernes 31 de enero de 2025

Muerde es una obra de teatro escrita y dirigida por Francisco Lumerman, donde Luciano Cáceres interpreta a René, un hombre atrapado en un limbo temporal y emocional. El relato se desarrolla en un pequeño pueblo rural de Argentina y se construye sobre un thriller psicológico con elementos policiales, en el que el protagonista intenta descifrar su historia y el origen de sus heridas.

El montaje escénico se apoya en una puesta minimalista: una mesa, un martillo, un cajón y no mucho más. Estos objetos funcionan como anclajes narrativos para un relato donde el lenguaje y la corporalidad del actor sostienen el peso dramático de la obra.

La historia se estructura alrededor de un enigma: ¿cuánto tiempo ha pasado desde que René fue abandonado? Desde su niñez, quedó suspendido en un taller familiar, enfrentando la soledad y las marcas del abandono. Ahora, en el presente, aparece cubierto de sangre sin entender el motivo.

Mientras trata de recuperar el control de sus pensamientos, se enfrenta a un torbellino de voces internas y recuerdos fragmentados. El texto juega con la oralidad y la intensidad del monólogo interior, generando una sensación de descontrol y asfixia, elementos esenciales dentro del thriller teatral.

La interpretación de Luciano Cáceres en Muerde se apoya en el uso del cuerpo y la voz para transmitir la progresiva desestabilización de René. La violencia, el pasado y la culpa son conceptos que atraviesan la puesta en escena y quedan expuestos en cada gesto del protagonista.

La obra no solo explora el trauma infantil, sino también la forma en que este se manifiesta con el tiempo. El espectador presencia la lucha de René contra fantasmas del pasado, mientras el límite entre lo real y lo imaginado se desdibuja.

En este thriller teatral en solitario, Francisco Lumerman construye un universo cargado de tensión y suspenso, donde cada palabra y silencio contribuyen a un relato que interroga sobre la violencia y la memoria. En lugar de ofrecer respuestas cerradas, Muerde invita a la reflexión y y deja un espacio para la libre interpretación.