Elena Romero Vargas

La relación de las mujeres con el sueño deja mucho que desear. Según un informe de la Sociedad Española del Sueño, aunque cada vez son más los hombres y niños que padecen de insomnio, son principalmente las mujeres las que más sufren de dormir mal. Pero, ¿por qué este problema nos afecta principalmente a nosotras? Ana Ibáñez, investigadora de Neurociencia, entrenadora de cerebros y autora del libro Sorprende a tu mente, nos lo cuenta.

Situaciones como tardar mucho en quedarte dormida aunque tengas mucho sueño, sentir que estás más cansada por la mañana o desvelarte varias veces por la noche son indicativo de que existe un problema en este aspecto, y es mucho más común de lo que pensamos. Como explica Ana Ibáñez en una presentación para la firma de cuidado infantil Suavinex: «Levantarnos cansada y muchas veces por la noche no es normal. Dormir bien significa que te acuestes y en un periodo de tiempo razonable te duermas y por la mañana te despiertes descansada. Las mujeres estamos muy acostumbradas a dormir mal«.

Aunque los factores que afectan al insomnio son muchos, el principal responsable de esta situación es nuestro cerebro. La buena noticia es que lo podemos entrenar, y está en nuestra mano ponernos manos a la obra para resolverlo, conseguir un descanso óptimo y mejorar considerablemente la calidad de vida.

Por qué las mujeres dormimos peor

Según Ana Ibáñez: «Las mujeres dormimos peor porque nos echamos el mundo entero encima, nos cuesta vernos como seres independientes que no tienen por qué solucionarle la vida a todo el mundo y no sabemos poner límites«. Tenemos tendencia a llevarnos las preocupaciones del día a día a la cama, no dejamos que el cerebro descanse en el tiempo dedicado a ello y, por eso, dormir nos cuesta mucho más.

La explicación de por qué nos pasa esto está en la ciencia, como desarrolla Ana: «El hemisferio derecho, que es el que nos hace estar pendientes del entorno, es mucho más activo en las mujeres que en los hombres. Dormir significa apagar esa parte del cerebro y hacer que se olvide del entorno y de lo que pasa ahí fuera. A las mujeres nos cuesta hacer el ‘click’ y dejar de estar pendiente de lo que ocurre alrededor, y con esa alerta nos vamos a la cama«.

Es, precisamente, por este motivo por el que entrenar el cerebro es clave a la hora de buscar una solución. «Cuando te entrenas empiezas un camino que te hace ser más sabia y ver con más claridad dónde meterse y dónde no», explica Ana. Cuando empezamos a comprender nuestro cerebro y su funcionamiento y aprendemos a ponerlo a nuestro favor, es mucho más fácil poner esos límites que, entre otras cosas, optimizan el descanso: «Entrenar el cerebro te ayuda a ver con más claridad y tener menos ruido emocional, menos tensión y menos culpa«, cuenta la autora de Sorprende a tu mente.

Mujer durmiendo/PEXELS

Además de las circunstancias del día a día que afectan al descanso, muchas veces el origen de los problemas con el sueño se remontan a la infancia. En la presentación para Suavinex, Ana Ibáñez expone cómo cuidar la higiene del sueño de los niños es crucial para el desarrollo favorable de su crecimiento y de qué manera enseñarles a dormir en sus primeros años puede determinar la relación que tenga con el ritual de irse a la cama el resto de su vida.

Claves para conseguir un sueño reparador

Si te has sentido identificada con las situaciones que te hemos contado, tranquila, porque tus problemas de sueño tienen solución y puedes ponerlas en marcha desde ya. Además del entrenamiento del cerebro, que sirve para mejorar tanto ésta como otras áreas de tu vida, Ana Ibáñez recomienda tres consejos que te van a ayudar a potenciar tu bienestar.

El primero de ellos consiste en encontrar la forma de
clausurar el día: «Si sabemos que nuestro cerebro no duerme porque se queda alerta, lo primero es encontrar la manera de hacer de forma consciente un repaso de tareas y ser capaz de delegar en mañana. Hay que hablarse de alguna manera y decirse «he llegado a lo que podía y mañana tengo tiempo», explica la experta, para quien esta clausura es «muy importante».

Otro ejercicio que propone Ana Ibáñez es practicar una transición clara hasta el momento de calma: «un masaje, un aceite, ver un rato la tele, leer algo que te meta en otros mundos… cualquier cosa que signifique una transición del día al descanso«. Este ejercicio es fundamental para nosotras, pero también para los niños, quienes aprenderán a tener una relación sana con el sueño si, desde que son bebés, sus padres le introducen en la transición al descanso. Masajes con lociones que le sean agradables al bebé, como la Loción hidratante corporal de Suavinex, le ayudarán a concebir este momento como el fin de la jornada y entrar en ese estado de relajación de cuerpo y mente necesario para conciliar bien el sueño.

Loción Hidratante Corporal para bebés / suavinex

Un último consejo que da Ana Ibáñez es ver luz natural nada más despertarte: «Cuando te despiertas, para que tu cerebro active los ciclos circadianos del sueño, le viene muy bien ver luz natural, por eso tienes que pasar unos minutos mirando luz natural solar, no directamente, pero sí buscar ese imput de claridad al comenzar el día va a hacer que por la noche duermas mejor».