Elena Romero Vargas

El parón navideño puede ser una oportunidad estupenda para meterte a fondo en esas tareas del hogar que más pereza dan el resto del año, y una de ellas es ordenar el armario. Con las prisas de la rutina, posiblemente el orden y la armonía no sean las cualidades que reinen en él. Para poner solución a este problema, te traemos los trucos para aprovechar al máximo el espacio y conseguir un resultado ordenado y bonito.

Empieza sacando toda la ropa de tu armario y déjalo completamente vacío para empezar de cero. Ya que te inmiscuyes en esta tarea, puedes aprovechar este momento inicial para limpiar a fondo el armario, pues es uno de esos rincones de la casa que se suelen pasar por alto en la limpieza. Cuando ya esté listo, llega el momento de empezar a ordenar.

Antes de empezar a guardar, es fundamental que tomes consciencia de lo que tienes. Posiblemente te resulte familiar la situación de encontrar un día una prenda que dabas por perdida, o que ni siquiera sabías que tenías. Esto se debe a que llegamos a acumular tal cantidad de ropa que perdemos consciencia de lo que hay. No es que no tengamos nada que ponernos, es que ni siquiera sabemos qué se esconde en las profundidades del armario.

Invierte tiempo en seleccionar qué es lo que verdaderamente quieres y necesitas, y qué prendas pueden pasar a mejor vida. Si bien es cierto que quien guarda, haya, acumular por acumular es un gasto innecesario de espacio, y con las rebajas a la vuelta de la esquina, lo mejor es que salga aquello que no quieres para que puedan entrar las nuevas adquisiciones.

Ordena por categorías

Una vez seleccionada aquellas prendas de ropa y accesorios que quieres conservar, llega el momento de guardarla. Para que sea más práctico a la hora de vestirte, ordénalas por categorías. Evita crear pilas de ropa con sudaderas, camisetas y pantalones mezclados. Es mucho mejor si cada prenda está colocada con las de su clase, así irás a tiro hecho cuando quieras buscar una de ellas.

Si tu armario tiene cajones, úsalos para guardar la ropa más fácil de doblar. Un truco para que no se estropeen y para que quede aún más clarificado es hacerte con organizadores de cajones. Son perfectos para guardar la ropa interior, los calcetines y los accesorios pequeños como cinturones o pañuelos.

Armario ordenado/PEXELS

Para guardar camisetas o jerséis finos aplica el método Marie Kondo y guárdalos en vertical. No solo economizarás el espacio, sino que tendrás mucho más localizada cada prenda. Si eres curiosa y te gusta tenerlo todo bien dispuesto, puedes aplicar el
orden cromático. Junta las prendas por colores para que te sea más fácil hacerte con ellas y conseguir, además, que quede agradable a la vista.

Los pantalones tienen dos opciones de almacenaje: o lo clasificas en perchas, o sigues el método Kondo que consiste en doblarlos en cuadrado y guardarlos en vertical, tal como haces con los jerséis. Si te decides por las perchas (grandes aliadas en cuestión de orden y almacenaje) no pongas más de dos pares de pantalones en cada una. Procura que los del mismo tipo estén juntos para facilitarte su búsqueda.

Pon más a la mano lo que más usas

Posiblemente en el proceso te reencuentres con prendas que te den verdadera alegría volver a verlas, pero, reconócelo, no hay nada como esas cuatro prendas de confianza que te salvan los looks de diario, te hacen sentir bien y son de lo más cómodas. Esas que sabes que vas a usar más a menudo colócalas más
a la mano para que te sea más sencillo acceder a ellas.

Es fundamental que en el proceso te hagas con cajas para guardar, precisamente, aquello que menos te pones y que no es necesario que ocupe sitio en el armario. Las prendas más exclusivas, las que están reservadas a eventos especiales o las que no sabes si volverás a usar pero están de «por si acaso» almacénalas en cajas (a ser posible que guarden la armonía decorativa de tu habitación). Sigue el mismo criterio de ordenar por categorías y, para que no haya lugar a dudas, etiqueta cada caja para saber lo que hay en cada una.

Armario ordenado/PEXELS

Cuida los detalles

Una buena iluminación en el armario, una distribución coherente o unos accesorios extras como las cajas o los
cajones extras serán de gran ayuda en este proceso y en su uso diario. Cuida todos estos pequeños factores según tus necesidades, y verás como tardas más en volver a tener un armario desordenado.

Como toque final, un truco que te ayudará a controlar qué es lo que verdaderamente te pones y qué tienes en el armario que no te sirve para nada. Se trata del famoso truco de las perchas, que consiste en colocar el enganche en una misma dirección y darle la vuelta cuando te la vayas a poner. De esta forma, al final de la temporada, verás qué es lo que le has dado uso y qué prendas puedes dejar salir para que vengan nuevas adquisiciones.