El fútbol está de luto. El exdelantero de Independiente, Agustín «Mencho» Balbuena, uno de los símbolos de la época más gloriosa de Independiente, murió hoy a los 75 años de edad.

Balbuena nació el 1 de septiembre de 1945 en Santa Fe y su debut en Primera División fue en Colón (1968). Luego de un paso breve por Rosario Central llegó a Independiente en 1971. Es decir, vivió a pleno durante la época de oro del equipo de Avellaneda.

Puntero derecho y goleador, el «Mencho» ganó con el «Rojo» cuatro Libertadores consecutivas (1972/73/74/75) y la Copa Intercontinental de 1973 ante Juventus, cuando Ricardo Bochini quebró el récord de imbatibilidad del arquero Dino Zoff. También obtuvo el Metropolitano 1971 y dos Interamericanas (73 y 74).

El Mencho es el séptimo jugador más ganador en la historia del «Diablo» y anota su nombre detrás de Bochini, Ricardo Pavoni, Rubén Galván, Miguel Ángel Santoro, Alejandro Semenewicz y Eduardo Commisso. Jugó 213 partidos, convirtió 51 goles y formó parte del seleccionado nacional que participó del Mundial Alemania 1974.

«El Club Atlético Independiente lamenta profundamente el fallecimiento de Agustín Balbuena, multicampeón con nuestra institución. Todo el pueblo Rojo acompaña a su familia y seres queridos en este triste momento. Hasta siempre, Mencho», lo despidió la entidad desde sus cuentas oficiales.

A la despedida se sumó otra gloria del «Rojo», más cercana en el tiempo: Sergio Agüero, hoy en Manchester City, de Inglaterra. 

«Me acabo de enterar del fallecimiento del gran Mencho Balbuena, mi primer entrenador cuando tenía 8 años en Independiente. Recuerdo el respeto que tenía por todos y sus consejos y enseñanzas que siempre me guiaron. Mis condolencias a la familia Q.D.E.P.», escribió el «Kun» en su cuenta de Twitter.

Se podría decir que el Mencho siguió ligado a Independiente hasta, prácticamente, sus últimos días. «Independiente me lo dio todo: la vida, el trabajo, todo», confesó hace seis años el Mencho. Por esos días, participaba en la captación de talentos para el Rojo y descubrió un pibe clave: Alan Velasco, la gran promesa que hoy tiene la mitad roja de Avellaneda.