En un partido deslucido y de poco vuelo, Central Córdoba y Banfield empataron 1-1 en Santiago del Estero, esa ciudad que quedó empachada de fútbol tras la final de Supercopa que River le ganó 5-0 a Racing.

Jugaron un primer tiempo para el olvido Central Córdoba y Banfield, como si fuesen del River de Gallardo todo el fútbol y todos los goles de la semana en Santiago del Estero. No se patearon al arco, aunque el Taladro fue el que más lo buscó de acuerdo a la postura. A los dirigidos por Gustavo Coleoni le sienta mejor jugar al contragolpe, como lo demostró en cancha de San Lorenzo la semana pasada, por eso se repliega en campo propio y cede el dominio del balón.

Iban 22 minutos de la segunda parte cuando Javier Sanguinetti mandó a la cancha a Agustín Urzi. Casi todos pensaron que saldría Juan Alvarez, extremo derecho, y Mauricio Cuero cambiaría de banda para dejarle la izquierda al ingresado. Pero salió Cuero, que se molestó al ver su número en el cartel electrónico. Y fue un éxito la modificación: 3 minutos más tarde, Urzi envió un centro cruzado, Galoppo le hizo falta a Rentería que iba a cruzar, y Alvarez definió de cabeza.

La sensación era que el juego se terminaba porque era uno de esos partidos de los que se dicen que gana el que hace el primer gol. Sin embargo, el local se encontró con la igualdad tras un córner de la derecha que fue peinado en el primer palo y definido en el segundo por Milton Giménez, que estaba unos centímetros en posición adelantada. A favor del árbitro y del línea, fue una acción rápida y muy finita.

No hubo tiempo para más y el empate estuvo bien. Lo bueno para el espectáculo: pudieron escaparle al 0-0 y hubo goles.