En dos series que concluyeron con la eliminación de los equipos argentinos, River y Boca se despidieron de la Libertadores de América con sabores distintos.

Es difícil explicar como una moneda, en este caso la serie de semifinales de la Copa Libertadores, puede tener dos caras, que por más distintas que sean, conforman el mismo valor monetario. Claro que en este caso no estamos hablando de economía; es que River y Boca quedaron afuera de la semi, es decir, de la misma moneda, pero ambos saben que cara y ceca, fueron distintos.

El conjunto millonario debió buscar la hazaña en cancha de Palmeiras para intentar clasificarse a la final y, nobleza obliga, con el 2 a 0 que no alcanzó, pero con una actuación descomunal, estuvo cerca de lograr el objetivo. Más allá de ello, lo hecho por los dirigidos por Marcelo Gallardo fue para aplaudir de pie frente al televisor y para reconocer una vez más, que es uno de los mejores equipos del continente, sino el mejor en los últimos cinco años.

Por su parte, Boca Juniors cayó derrotado y por goleada en la cancha de Santos ante el local, que le pudo haber convertido algún gol más. En una actuación para el olvido del equipo de Russo, se vio a un equipo sin ideas, carentes de situaciones de gol y con una actuación individual y colectiva que rozó lo decepcionante. Que Boca tenga un partido malo, que digamos que hace muchos partidos que no juega bien y, mejor dicho, que no se sabe a que juega el Boca de Russo, vaya y pase; ahora lo que llamó la atención en el hincha y en todo el público en general, fue la apatía y desgano que se vio reflejada en los gestos y actitudes de los jugadores xeneizes, más allá de alguna excepción, lo que llevo a pensar en un equipo que parecía un “vampiro anémico”, que nunca supo como buscar la sangre que lo deposite en la gloria.

Finalmente, los dos equipos argentinos se van eliminados en la misma llave, pero con distintas caras. Quedará el desafío para River, si se confirma la continuidad de su entrenador, armar un equipo igual de competitivo y reemplazando esas bajas que fueron sensibles y las que se presume habrá en este mercado. Por el lado de Boca, es un barajar y dar de nuevo desde el punto de vista deportivo, la situaciones con varios jugadores del plantel hacen que necesite un recambio grande, generalizado, no solo de nombres propios, sino de formas y métodos con los que el consejo de fútbol se viene manejando, además de reorientar objetivos deportivos que se piensen y diagramen con tiempo y sobre todo, con jugadores que estén a la altura de la historia de Boca y con dirigentes que sean tales y que hablen con acciones concretas.

Por: Guillermo Boris

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