
domingo 28 de diciembre de 2025
Ciudad de sombras (2025) es una miniserie de seis episodios que adapta El verdugo de Gaudí, primera novela de la tetralogía de Milo Malart escrita por Aro Sáinz de la Maza. Dirigida por Jorge Torregrossa, la serie se inscribe en el thriller policial, aunque desplaza el foco del enigma hacia una lectura social de Barcelona y de las estructuras que la sostienen.
El punto de partida es un cuerpo carbonizado colgado en la fachada de La Pedrera. La elección del espacio no funciona como mero impacto visual: la obra de Antoni Gaudí se integra desde el inicio como un signo narrativo que vincula violencia, patrimonio y poder. A partir de allí, la investigación revela un patrón: las víctimas pertenecen a la alta burguesía y comparten vínculos con centros tutelares de menores. El crimen, ritualizado y expuesto en espacios urbanos emblemáticos, desplaza el relato del suspenso clásico hacia un gesto de acusación.
La serie construye una Barcelona atravesada por tensiones sociales, especulación inmobiliaria y una atmósfera política marcada por la inminente visita papal a la Sagrada Familia. Entre la ciudad mostrada y la ciudad vivida se abre una fisura que pone en escena la impunidad, la responsabilidad institucional y los silencios que sostienen el orden social.
Dedicada a Verónica Echegui, la serie encuentra en su interpretación de Rebeca Garrido un eje emocional sostenido desde la contención. Sin énfasis ni gestos explicativos, el personaje expone un desgaste personal que acompaña el avance de la investigación. A su lado, Isak Férriz construye a Milo Malart como un investigador suspendido, desplazado del sistema que intenta volver a interpelar, mientras Ana Wagener aporta rigor y equilibrio como jueza instructora.
Ciudad de sombras administra el suspenso con mesura: la información se dosifica, los giros evitan la acumulación y la puesta en escena incorpora la arquitectura urbana como parte activa del relato. La serie no busca romper los códigos del género, sino trabajar dentro de ellos. En esa decisión encuentra su límite y, al mismo tiempo, su identidad: más que por la novedad formal, se define por la claridad con la que expone las relaciones entre poder económico, corrupción y violencia estructural.








