El extremo sur de la provincia de Córdoba alberga una de las joyas más preciadas de Andalucía. Iznájar es un pueblo ubicado a orillas del río Genil donde la tradición, la leyenda y un entorno natural privilegiado han creado entorno a él un mito que se justifica paseando por sus calles y acercándose a descubrir los entramados que esconden sus calles, donde aún se respira la herencia árabe que tanto marcó su personalidad.
Y es que para conocer la historia de Iznájar tenemos que remontarnos al siglo IX, cuando se incorporó a la rebelión muladí de Umar ben Hafsún. Durante siglos se mantuvo bajo el domino musulmán, lo que dejó una impronta que aún sigue siendo visible en las calles y en los edificios más emblemáticos de esta localidad cordobesa.
Una de esas construcciones que aún hoy siguen siendo icono de Iznájar es su castillo, ubicado en lo alto del pueblo presidiendo su silueta. Su construcción comenzó a mediados del siglo VIII por constructores hispanovisigodos, pero se consolidó entre los siglos XI y XI, cuando se levantó la planta y los muros, aunque las modificaciones se alargaron hasta el siglo XV, ya con el pueblo en manos cristianas tras la reconquista en este mismo año por parte de Fernando III El Santo.
Según cuenta la leyenda, Iznájar le debe su nombre a este castillo, que es también uno de los mejor conservados de Andalucía. El nombre de Iznágar derivaría del sustantivo «hisn» (castillo) y del adjetivo «al-ashar» (alegre), como se denominaría a la fortaleza y como, con el tiempo, pasó a llamarse también el pueblo que la acoge. Pero el castillo de Iznájar no solo deja en herencia su nombre, también ofrece un paisaje único en la zona, donde agua y tierra confluyen creando una estampa idílica.
Embalse de Iznájar, Córdoba
Servidor web Turismo de la Subbética
Y es que otro de los grandes atractivos y particularidades de este pueblo es el Embalse de Iznájar, también conocido como el Lago de Andalucía, el más grande de esta comunidad autónoma y el segundo de mayor dimensión de España. Este embalse está rodeado de olivares que contribuyen favorablemente a crear el precioso paisaje que distingue este pueblo del resto de la región y que suma puntos para convertirlo en uno de los más bonitos de la geografía española.
Además, las condiciones de la orilla de este embalse son perfectas para que se creen playas de interior que son frecuentadas por visitantes y locales en todas las épocas del año. Pues, además de para el baño, que es especialmente agradable en el Paraje de Valdearenas, estas playas son perfectas para practicar deportes acuáticos como el piragüismo o el Paddle Surf.
Patios con flores de Iznájar, Córdoba
@turismoiznajar
Qué ver en Iznájar
Más allá de lugares tan emblemático como el castillo o el embalse, Iznájar tiene una oferta histórica y cultural que ningún visitante debería perderse. Uno de sus puntos turísticos más especiales es la parroquia de Santiago Apóstol, ubicada en la parte alta del pueblo. Esta iglesia renacentista se encuentra en la parte medieval de la localidad, y en su interior alberga un Retablo Mayor de estilo barroco que da buena cuenta de todo el legado artístico que Iznájar conserva.
Sus edificios no han sido inmunes al paso del tiempo y el mejor ejemplo de cómo los años han sabido convertir obras históricas en espacios funcionales en la actualidad lo encontramos en su Biblioteca Municipal. Se trata de una de las ampliaciones que se hizo en el castillo en el siglo XVIII y cuya función original era la de pósito, el lugar donde se almacenaba el cereal. Su función de biblioteca lleva en vigor desde 1989, cuando se decidió darle este uso más adaptado a los tiempos.
Pero, sin duda, lo mejor que puedes hacer en Iznájar sin necesidad de detenerte en ningún enclave en concreto es pasear por sus calles. Este pueblo conserva la estética andaluza más típica con casas blancas y calles empedradas que suelen estar decoradas con flores que llenan de color y vitalidad el paseo. Además, Iznágar cuenta con multitud de miradores con vistas al embalse desde donde puedes apreciar la belleza de este rincón único del sur en su máximo esplendor.












