No era un partido más para Racing. Se trataba de un desafío interno para Gustavo Costas y el plantel. También, para la dirigencia, que había tenido un cruce mediático con sus pares de Núñez por el pase de Maximiliano Salas. Ganarle a River se transformó en un alivio todo el mundo celeste y blanco; también, un mensaje hacia afuera. Y aunque el objetivo es dar la vuelta olímpica el 13 de diciembre en Santiago del Estero, el clásico de los octavos de final fue una muestra de la solidez del grupo, un ítem fundamental para cualquier equipo exitoso.

“Estos pibes se juegan la vida. Había algunos que no estaban para jugar. Se ganó con el corazón, con el alma. Gracias a los jugadores, esto es todo de ellos. En las malas, en las buenas, cuando perdíamos o ganábamos. Podemos jugar bien o mal, tirar pelotazos o lo que quieran. Pero estos futbolistas dejan todo dentro del campo de juego. El hincha de Racing se tiene que sentir orgulloso de estos jugadores. Tienen un sentido de pertenencia que no todos los equipos tienen».

La frase de Costas, emocionado como cada vez que enfrenta a la prensa, descubre el secreto de este Racing que juega a bordo de una gran pasión en la cancha. El triunfo ante River, una revancha de la caída en la Copa Argentina, se necesitaba en el aspecto deportivo. También, en el anímico.

Todos estaban comprometidos. Duvan Vergara contó su reacción después del gol de su compatriota Juan Fernando Quintero. “Cuando hace el gol Juanfer, como que se me eriza la piel, siento un fuego, yo no soy así. Será la unción de Dios, no sé. Fui, me puse la camiseta, las canilleras y le dije: ‘Gustavo, méteme que voy a entrar’. Me mira raro y le digo voy a entrar. Por suerte me fue bien. No sé qué pasó en ese momento. Gloria a Dios. Je», contó el delantero, que arrastraba un traumatismo en el peroné derecho.

El colombiano no fue el único que jugó con molestias. Santiago Sosa tuvo que aplicarse la máscara protectora a un mes de la fractura maxilar y fue la gran figura. Gastón Martirena, autor del gol de la victoria agónica, también confesó que jugó en una pierna.

«Gustavo es garra, compromiso y corazón. A veces, tenés que jugar poco y sacar otras cosas. Yo no estaba al 100% en lo físico. Entrené dos días en la semana porque tuvo un golpe y este partido requiere eso. Si no está bien físicamente te pasan por arriba. Además, River es un rival muy complicado y pudimos sacar el triunfo que fue un alivio para nosotros», afirmó el uruguayo.

Facundo Cambeses se refirió al pacto grupal. «Además de la situación de Sosa, estuvieron los casos de Gaby Rojas, que jugó desgarrado con Flamengo, lo Juani Nardoni, que en otra veces llegó al límite… Eso es el grupo. Yo creo que la gente lo ve, entiende que este grupo está dejando la vida por esta camiseta y este escudo, que sabemos lo que significa», enfatizó.

Racing gana y fluye. Dentro y fuera de la cancha. Con el objetivo de salir campeón y llegar a la Libertadores.

Así quedaron los playoffs del Torneo Clausura



Infografía: Clarín