
Leandro Paredes está tallado. Como la figura de Océano, la principal de la Fontana di Trevi, el capitán de Boca parece un dios en la Tierra. Camina por Boca Predio junto a Milton Delgado, Miguel Merentiel y Ayrton Costa -los dos últimos de buen porte- y les saca varias cabezas. También se lo nota más ancho, fuerte, macizo. El futbolista es una escultura y como en el famoso monumento romano su moneda parece haberle cumplido el deseo del regreso, pero no a Roma, sino al club de sus amores.
Foto: Alejandro Pagni – CLARINDesde que volvió al club -después de 12 años en Europa- cambió la energía en Boca Predio. Y por ahora el clímax de su retorno ocurrió el último domingo en la Bombonera, cuando Boca venció 2-0 a River en el Superclásico y se clasificó a la Copa Libertadores 2026.
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Paredes y su estilo fuera de la cancha: “Trato siempre de mejorar mi imagen”
Se acomoda el pelo. El brillante que adorna su oreja izquierda no encandila tanto como sus ojos verdes, su mirada cálida; su sonrisa amable. Se presta para el diálogo con Clarín y responde con humildad cuando le piden consejos de belleza. «Yo estoy todo el tiempo tratando de mejorar en todo sentido», explica y muestra los dientes. Paredes enamora.
Nacido en San Justo, fue reclutado por Ramón Maddoni y se formó en las divisiones juveniles de Boca Juniors. Llegó a Primera y deslumbró con goles a Racing y San Lorenzo. Había jugado dos Superclásicos, pero en ninguno había sido titular, ni los había ganado. Se fue a Italia y conquistó el mundo en Qatar 2022. A los 31 años decidió volver, vigente, para ser ídolo en su tierra. Y late por la Bombonera que tiene tatuada en el pecho. «Yo bien, espectacular. Obviamente que haciendo los procesos que tiene que hacer cada uno. Volví al club de mis amores, volví a casa. Encontré todo cambiado porque todo esto (el predio de Ezeiza) no estaba, así que feliz, ojalá podamos seguir disfrutando», rompe el hielo con un breve análisis sobre su retorno.
«El primer objetivo era clasificarse a la Libertadores, lo hicimos de la mejor manera, contra River, que le da un gustito más lindo todavía. Pero los objetivos son muy claros», advierte luego. Sabe que Boca siempre está obligado a ir por el título y que hasta ahora no se ganó nada.
Foto Guillermo Rodriguez Adami – CLARINParedes no estuvo en el primer semestre. No participó del ciclo de Fernando Gago y no vivió la eliminación con Alianza Lima. Llegó después del Mundial de Clubes y enseguida tomó las riendas del vestuario. La salida de Marcos Rojo le dejó el camino allanado y junto a otros referentes como Edinson Cavani, Rodrigo Battaglia y Agustín Marchesín fijaron un nuevo rumbo y una nueva forma de relacionarse. El líder y principal impulsor fue Paredes. Por eso puso su casa como punto de encuentro de los asados que el plantel comparte cada semana. «Creo que para lograr cosas importantes se necesita un grupo fuerte, un grupo unido, un grupo de gente que quiere lograr cosas importantes. Así que intentamos estar más juntos por ese lado. Nos juntamos una vez por semana en mi casa y las cosas salieron mejor, así que no lo vamos a cambiar y vamos a seguir por ese camino», explica.
Eso, el asado. El encuentro. Muchas veces puede ser peyorativo para «el afuera». Lo sabe Juan Román Riquelme, presidente de Boca, que ha hecho un culto de cada asado, pero cuando era jugador lo acusaban de haber «pisado una brasa» cuando sufría de una lesión en la planta del pie. Esto de hacer grupo en un quincho no es nada nuevo: quien mencione al Pato Pastoriza sabe que la mística de un plantel se invoca en el fuego sagrado de una parrilla. «Carne asada, pan, agua y vino», como canta Ricardo Iorio en Toro y Pampa.
«Esto (los asados) no viene solo de la Selección, sino que me ha tocado estar en clubes importantes, en grupos importantes y en los grupos que mejor estaban, las cosas salían mejor. Así que creo que es algo muy importante para lo que es nuestro deporte», ensaya Paredes, que deja ver que lo de la carne y la dieta al final es una excusa y cultura pura. Que lo que importa para tener un buen equipo de fútbol es el encuentro dentro y fuera de la cancha.
Foto: Alejandro Pagni – CLARINEl estadio entero cantó el último domingo «yo te quiero Boca Juniors, yo te quiero de verdad / quiero la Libertadores y una gallina matar». También los jugadores en el vestuario, en uno de los tantísimos videos que se propagaron como un virus. Pero Paredes pone el foco en el presente, en el aquí y ahora. «Voy mi vida y mi carrera día a día, yo no puedo pensar en la Copa ahora, estando (sic) Tigre por delante, estando los playoffs por delante. Entonces vivo muy tranquila mi vida y mi carrera como para esta pensando ya en la Copa».
«Yo pienso en los que están ahora, en lo que tenemos acá. Vivo mi vida y mi carrera día a día, y ojalá pueda seguir ayudando a la gente que está acá porque así me crié, así me criaron, tratar de ayudar todo el tiempo. Tuve la suerte de tener referentes cuando era muy chico que lo han hecho de la mejor manera y de ellos saqué seguramente todo lo mejor», añade Paredes cuando surge el nombre de su amigo Paulo Dybala, o del brasileño Neymar como posibles refuerzos para el año próximo.
Leandro Paredes dio muchos abrazos el domingo en la Bombonera. Pero hubo dos que parecieron retratados por una polaroid. El primero fue con Agustín Marchesín en el festejo del gol de Exequiel Changuito Zeballos. El número 5 había tenido un cruce con el arquero en Florencio Varela, en la derrota con Defensa y Justicia; y una imagen suya también recorrió las pantallas en La Plata, cuando el ex Lanús cometió un penal que le permitió a Estudiantes conseguir el empate parcial. Paredes quiso dejar a un lado las especulaciones y con el 1-0 ante River fue a buscar al arquero. El segundo abrazo se lo dio Claudio Úbeda, el entrenador que heredó el cargo tras la partida de Miguel Ángel Russo.
«Los dos abrazos fueron genuinos porque salieron en el momento. No tenía pensado ninguno de los dos. En el gol me di vuelta y busqué a Agustín. Y cuando terminó el partido lo crucé también a Claudio para abrazarlo. Obviamente son personas que nos pueden ayudar muchísimo. Agustín por lo que representa para nosotros siendo el arquero titular de nuestro equipo y el entrenador también», afirmó Paredes, que piensa en el presente pero les dio al arquero y al DT un respaldo fuerte para el 2026.
Ayrton Costa, Miguel Merentiel y Milton Delgado, sobre el momento de Boca
Ayrton Costa
Se siente mucho la gente en la Bombonera y nos da mucha energía. Por suerte Russo me esperó hasta el final y eso me dio mucha confianza (Mundial de Clubes). Miguel significó mucho, porque el plantel ya había viajado y yo estaba acá entrenando solo. Cuando llegué allá me dijo que estuviera tranquilo, que comiera bien y descansara que iba a jugar.
También Román me acompañó mucho, porque fue un momento duro. Porque habían viajado todos y yo estaba acá, se hizo muy difícil. Pero me ayudó mucho.
Con muchas ganas cuando me llamaron de Boca y bueno el grupo está muy junto, muy unido y eso te ayuda a crecer. Tenemos un gran plantel. En la cancha se demuestra que el equipo está muy unido. Nos juntamos una vez por semana a comer en lo de Leandro, él lo primero que hizo cuando llegó fue juntar el grupo y eso se está notando mucho dentro de la cancha.
Estamos para pelear cosas grandes con este equipo.
Me quedo con muchas de las jugadas del domingo. Sabíamos que iba a ser un partido con mucho roce, que jugadores como Salas o Borja eran rivales difíciles en el roce. Pero por suerte con Di Lollo pudimos hacerlo bastante bien.
Con Di Lollo nos llevamos muy bien dentro de la cancha y fuera de la cancha y nos defendemos como hermanos.
Miguel Merentiel
El vestuario fue una locura. Ganar el Superclásico siempre es un plus. La banda acá se transformó y le metió para adelante. Con la gente hay una conexión muy importante, en todos lados, cuando estoy en la calle y me dan su apoyo.
Boca es mi lugar, estamos muy cómodos, la pasamos muy bien con mi familia. Siempre trato de transmitir alegría, de hacer una broma u otra, para descomprimir el grupo.
Una locura que la camiseta de MIguel haya caído en Uruguay, puede ser una señal.
Siempre los superclasícos son superiores, feliz por anotarle a ese equipo. Anotarle al Bayern Múnich fue muy importante también. No lo pensé mucho, me quedó la jugada adelante del arquero (Neuer) y definí.
La Copa siempre es una obligación para este club, competir en la Copa. La gente lo exige así, este club lo exige así y tenemos que estar a la altura.
No hay diferencia entre Milton (Giménez) y Cavani. Los dos lo hacen bien, me hacen sentir de buena manera. Son excelentes profesionales. Ahora sabemos que Edi se va a recuperar y lo estamos esperando porque es muy importante para nosotros.
El Chango está muy bien, se supo reinventar. Fue muy importante para nosotros. Estamos felices por él porque ha trabajado mucho. Es un avión, yo sé que va a desbordar por afuera y yo ya me voy metiendo porque va a salir con algo.
Claudio (Úbeda) y Juvenal (Rodríguez) han seguido el legado de Miguel y lo están haciendo muy bien.
Milton Delgado
Es muy positivo, al principio no me tocó jugar, pero el Mundial (Sub 20) me dio mucha confianza. Lea (Paredes) ayudó mucho al equipo al grupo, sabemos la clase de jugador que es y la verdad qe siemre está alentando, apoyando y dando un consejo. Así que hay que escucharlo.
No la pasé bien al principio, me ayudó mucho mi familia para salir de ese momento. No tenía ganas de entrenar, para ser sincero. Pero me entrené para el Mundial y gané confianza.
Siempre hablándole a Leandro, pero con respeto. Lo bueno que tiene es que te escucha. Y si vos le tenés que decir algo o acomodarlo en la cancha, te va a escuchar.
Qué te corrige: «En el momento capaz que en una jugada rápida me explica si tenía que salir o no tenía que salir, pero siempre escuchándolo».








