Aloña Fdez. Larrechi

Hay series que tienen un argumento convencional y unos personajes de vidas sencillas y son fáciles de contar. Se explican con un «es una de» seguida de su género y tu interlocutor se hace una idea de lo que se va encontrar cuando le de al botón de «reproducir». Y luego está Pluribus, la producción que hoy llega a Apple TV+, que supone el regreso de Vince Gilligan tras Breaking Bad y Better call Saul y que será la producción de la que va a hablar todo el mundo hasta que se acabe 2025. Y después también.

Con una segunda temporada confirmada antes de su estreno, Pluribus es una serie de ciencia-ficción en la que, según la sinopsis de la plataforma de streaming, «la persona más amargada de la Tierra debe salvar el mundo de la felicidad». Y ya. Por delante, nueve episodios en los que podemos descubrir cómo de amargada está esa persona, a la que intepreta Rhea Seehorn, y por qué y qué significa realmente librar a la humanidad de su alegría.

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Afortunadamente, hemos tenido la oportunidad de ver los dos primeros episodios de Pluribus, la nueva serie de Vince Gilligan, y esto es lo que os podemos contar, sin spoilers.

Exitosa e infeliz

Con una fotografía que recuerda a las producciones previas del director y creador estadounidense, Pluribus arranca con dos frikis encontrándose en un paraje poco común, solo aparecen en los cinco primeros minutos de metraje de la producción y no los volvemos a ver. Pero resultan fundamentales en todo lo que sucederá después. Al igual que la secuencia del laboratorio, que le aporta una explicación científica a lo que va a pasar después pero que, lejos de resultar compleja, es bastante cómica.


Rhea Seehorn en una imagen de la serie de ciencia-ficción de Vince Gilligan, Pluribus.


Apple Tv+


La protagonista de esta historia es Carol Sturka, una flamante escritora de novelas de ficción histórica, con cierto componente romántico y una trama que se extiende a lo largo de varios libros, para alegría de su cuenta bancaria. A Carol la encontramos por primera vez en una librería, en la que una treintena de mujeres del mismo rango de edad le escuchan atentamente leer unos párrafos de la última incorporación de la saga, antes de que les firme sus ejemplares.

Sin embargo, Carol no ha alcanzado la felicidad con su éxito, a duras penas puede aguantar la sonrisa durante el evento literario y está harta de esperar a que llegue el momento de que su editorial le permita publicar aquello que realmente quiere escribir. Pero la vida sigue, la promoción por todo el país también y Carol supera el mal trago con resignación… Y algún cóctel. Hasta que, de repente, el mundo se detiene, la gente que le rodea sufre una especie de ataque epiléptico y, cuando regresan de donde fuera que estuviesen, ya nada es como antes.

Un mundo maravilloso… O no

Rodada en Albuquerque, como no podría ser de otra manera, aunque con un filtro menos desértico que sus predecesoras, Pluribus enfrenta a una protagonista que no resulta especialmente simpática a un universo que poco se parece al lugar en el que vivimos. Un mundo de personas complacientes, que tratan a Carol con una familiaridad que no desea y saben más de ella de lo que a Carol le gustaría. Una situación que quiere revertir, aunque no sabe si cuenta con aliados para ello ni cómo hacerlo.


Rhea Seehorn junto a varios personajes del segundo episodio de Pluribus en una escena rodada en el aeropuerto bilbaíno de Loiu.


Apple TV+


Durante la promoción de Pluribus, Vince Gilligan ha comentado que empezó «hace casi 10 años con esta vaga idea sobre un protagonista masculino con el que todo el mundo, de repente e inexplicablemente, era muy, muy amable». Él mismo se dio cuenta que con ese planteamiento inicial, su producción «tenía que ser una historia de ciencia-ficción». Cuando le dijo a Rhea Seehorn que quería que fuese la protagonista, ella se sumó al proyecto porque «nunca había leído nada parecido, lo cual me emociona mucho porque hay 500 series en emisión y ¿cómo es posible que esta sea original y novedosa?»

Y lo es, vaya que si lo es. Claramente es, como señala la actriz, un soplo de aire fresco en una parrilla de producciones que, demasiadas veces, son muy fáciles de explicar a alguien interesado en las series. Pluribus no lo es y ese es el primer aliciente para sentarnos a verla. La dirección de Gilligan, y especialmente su mente creativa, y el excepcional trabajo de Seehorn, hacen el resto. Tanto que después de verla te llegues a plantear si, de verdad, te gustaría vivir en un mundo más amable.

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