

La confusión es visible. En cada partido, River juega peor que el anterior y por ahora no muestra signos de recuperación. La incertidumbre crece. Más aún en la semana previa a la visita a la Bombonera para jugar el Superclásico. Entonces, aparecen los interrogantes. Y uno de ellos apunta a las decisiones de Marcelo Gallardo. ¿Por qué los jugadores no le responden en la cancha?
El tema es futbolístico. El Muñeco ya probó un montón de cosas. Tiró a la cancha a todos los nombres, modificó esquemas, pero no encontró nunca un funcionamiento en su equipo, el cual se fue deteriorando con el paso del tiempo hasta entrar en una crisis sin fondo.
Evidentemente, hay determinaciones del entrenador que muestran confusión y otras que no salieron. Lo que sí no cambió es metodologías y maneras de jugar. Eso hizo que River entre en una monotonía.
Hay algunas fallas que se encuentran en los mercados de pases, como por ejemplo en traer a jugadores que venía de tener muchas lesiones, como Matías Rojas, otro que no tenía el nivel para River como Gonzalo Tapia, o apostar fuerte (se pagaron 13 millones de dólares) por Kevin Castaño, que venía de la liga de Rusia y parece no estar a la altura de lo que exige el club, aunque llamativamente nunca sale. Y otros futbolistas que llegaron, cualquiera los hubiera traído pero sus rendimientos no fueron los esperados o entraron en altibajos.
Otras cuestiones tienen que ver con la administración del plantel. Si Miguel Borja sentía -según su entorno- que su ciclo ya estaba cumplido después del Mundial de Clubes, ¿por qué Gallardo le pidió que se quedara hasta fin de año a cumplir su contrato? ¿Realmente lo necesitaba?
Si como centrodelantero juega Maximiliano Salas, a pesar de que no es la posición en la que más fortalece, ya que lo mejor en Racing lo hizo moviéndose por todo el frente de ataque, junto a un “9” de referencia. Y cuando no está lesionado lo pone a Sebastián Driussi. A su vez, el colombiano pasa un mal momento desde hace rato y con Gimnasia volvió a errar un penal clave, pero igual insiste con él como uno de los primeros cambios.
En los últimos meses también hubo una insistencia con los históricos, aun cuando en algunos partidos se notó que físicamente están con varias marchas menos. Pero también es cierto que en algunos encuentros rindieron más que los refuerzos o los que tienen que reemplazarlos y la transición se hizo pesada. Y en los últimos encuentros, al que mejor estaba, que era Juanfer Quintero, lo sacó siempre.
Con respecto a los juveniles, a este Gallardo del segundo ciclo le costó darles más lugar y hubo decisiones sorpresivas, como la del otro día de hacer la gran Marcelo Bielsa, de sacar a un jugador que había sido el primer cambio en la primera parte. Lo sufrió el chico Cristian Jaime.
De todos modos, la responsabilidad no es exclusiva del técnico. Los futbolistas tienen su gran cuotaparte también. Ellos no dan respuestas y mucho menos soluciones. Son pocos los que juegan como para quedarse adentro de la cancha.
Hay varios jugadores que parecen abrumados y otros no tener la personalidad para bancar este momento. La camiseta de River pesa y la pelota en los pies quema, sobre todo en el Monumental, con más de 80 mil personas gritando y exigiendo.
“Estamos en una situación difícil. No teníamos la expectativa de llegar hasta el final del año y estar como estamos. Hay que afrontarlo, hemos dicho puertas adentro que hay que salir lo más rápido posible y tratar de cumplir los objetivos que tenemos por delante», expresó el capitán Enzo Pérez, el domingo, en la previa del duelo con Gimnasia. Y agregó: “Obviamente que el mensaje del entrenador llega muy claro. Después, los que tenemos que tomar decisiones dentro del campo somos nosotros, pero el mensaje llega». El mendocino podría jugar su último clásico.
En la cancha, se ve otra cosa. Y el cuerpo técnico tampoco encuentra respuestas a este duro momento. Aunque, más allá del díficil momento, todas las partes coinciden en estar unidos para salir de la adversidad. Así lo dejó en claro el flamante presidente del club, Stefano Di Carlo, quien este martes estuvo en Ezeiza y les dio respaldo al Muñeco y a los jugadores.
El domingo, ante Boca, Gallardo y los jugadores tienen un gran desafío para empezar a revertir este momento y encontrar las respuestas que se buscan.








