Tras 23 años de misterio, se reactivará la investigación por la desaparición de la familia Gill. será nuevamente inspeccionado con la intención de hallar rastros que permitan establecer qué ocurrió con la familia oriunda de Entre Ríos. El objetivo es profundizar la causa por averiguación de paradero de los seis integrantes de la familia, cuya desaparición se registró desde el 13 de enero de 2002.

En el marco del misterio en torno al paradero de Rubén “Mencho” Gill, Margarita Gallego y sus cuatro hijos, la búsqueda se reactivará. En ese sentido, se confirmó que el próximo 12 de noviembre, a las 8:30 horas, el campo “La Candelaria” será inspeccionado nuevamente. La decisión de reabrir el predio fue consecuencia de una orden emitida por el juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Oscar Rossi, tras la solicitud del abogado querellante, Marcos Rodríguez Allende, representante de la familia Gallego.

El operativo contemplaría una inspección ocular judicial acompañada de procedimientos técnicos de última generación. En la intervención participarán la Dirección de Investigaciones e Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos, la División Policía Científica y la División de Investigaciones de la Jefatura Departamental de Nogoyá.

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Para la búsqueda de la familia se emplearán drones DJI Matrice 300. Se espera que estos permitan obtener imágenes aéreas de alta resolución para delimitar con precisión las coordenadas geográficas y realizar una georreferenciación exhaustiva de las 600 hectáreas del predio.

Otro de los aspectos más novedosos del procedimiento se refiere a la intención de solicitar la colaboración de la NASA. En este sentido, explicaron que con las coordenadas obtenidas en el terreno, se buscará acceder a imágenes satelitales retroactivas del año 2002, con el fin de identificar posibles movimientos de tierra que pudieran indicar la presencia de fosas.

Según la investigación, la familia Gill permaneció desaparecida durante tres meses antes de que sus allegados recibieran la noticia, cuando Alfonso Goette, el patrón para el que trabajaban, se presentó en la vivienda de una de las hermanas de “Mencho” Gill.

De acuerdo a lo relatado por el hombre, el grupo familiar se había marchado de vacaciones y nunca regresó, una versión que la familia rechazó de inmediato, y levantó sospechas de parte de los familiares, debido a que les resultaba improbable que hubieran abandonado el lugar de manera voluntaria.

La investigación oficial avanzó con lentitud y esto perjudicó la obtención de resultados. Aún así, ninguno de los procedimientos permitió obtener datos concluyentes sobre el paradero de la familia.