Bienvenida a un mundo en el que existe el yoga con cabras, una tendencia cada vez más popular que combina la antigua práctica del yoga con divertidas interacciones con el adorable animal. Es el yoga goat y dicen que hay mucha ciencia detrás de una práctica milenaria que de primeras puede resultar un poco estrafalaria, pero que, según aseguran sus fans, mejora extraordinariamente el bienestar físico y mental.
La interacción entre humanos y animales es conocida desde hace mucho tiempo por su impacto positivo en nuestro bienestar. Estudios sobre terapia con animales han demostrado que pasar tiempo con animales puede reducir el estrés, aumentar la felicidad e incluso bajar la presión arterial. Es algo que conocen bien quienes tienen mascotas en casas.
Este concepto ha impulsado el desarrollo de la terapia asistida con animales, donde los las mascotas desempeñan un papel crucial en la curación y el apoyo a personas con diversas afecciones de todo tipo. Pero el yoga goat lleva esta conexión un paso más allá (¿demasiado lejos?) al incorporar la alegre presencia de las cabras en la práctica.
Por qué es tan único el yoga goat
Con orígenes humildes, el yoga goat ha ganado rápidamente popularidad en todo el mundo. Combinando la tranquilidad del yoga con la divertida presencia de las cabras, ofrece una experiencia verdaderamente única. Las cabras, con su naturaleza juguetona y curiosa, aportan alegría y ligereza a las sesiones de yoga. Su presencia crea una atmósfera de relajación y risas, haciendo la práctica más agradable y memorable, dicen sus fans.
El goat yoga es similar a una clase de yoga tradicional que se realiza en grupo. Pero tiene una peculiaridad. Cabras bebés, conocidas como cabritos, se unen a la clase. Estas cabras acompañan a los alumnos mientras realizan diferentes posturas de yoga. Pueden colocarse detrás de los alumnos o simplemente moverse, acariciando con el hocico mientras realizan las posturas.
Beneficios mentales y emocionales del yoga con cabras
El yoga es reconocido en todo el mundo por sus numerosos e indudables beneficios físicos y los fans del yoga goat aseguran que esta práctica milenaria los potencia. Los suaves movimientos y posturas del yoga promueven la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. Al combinarse con cabras, la experiencia se vuelve aún más dinámica.
A medida que los animales deambulan, empujan y trepan por los participantes en esta peculiar práctica, proporcionan un desafío adicional que involucra los músculos del torso y fomentan una mayor flexibilidad. El yoga con cabras contribuye a lograr un entrenamiento más activo y gratificante, advierten sus partidarios.
Además de los beneficios físicos, el yoga goat puede ofrecer una variedad de ventajas mentales y emocionales. Se ha demostrado que interactuar con animales reduce la ansiedad promueve la relajación y mejora el bienestar general. La mera presencia de cabras puede mejorar el estado de ánimo, desencadenando la liberación de endorfinas, las hormonas del bienestar. Además, los aspectos conscientes y meditativos del yoga, combinados con la naturaleza lúdica de las cabras, crean un ambiente sereno que calma la mente y fomenta la paz interior.
Mujer con una cabra.
PEXELS

La presencia de cabras no solo mantiene la mente tranquila y el cuerpo relajado, sino que también mejora toda la rutina de ejercicios, comentan sus practicantes. Con una cabra sobre el lomo, los participantes se esfuerzan más para mantener la postura. Esto la dificulta. Mejoraría la fuerza, la resistencia y la capacidad cardiovascular.
La polémica del yoga goat
Sin embargo, el yoga goat genera controversia y otras voces advierten que el yoga es demasiado serio como para añadir cosas que puedan resultar estrafalarias y con poco sentido. «No es necesario combinar una actividad para mantenerse en forma con otra para arrullar sin control al pequeño peludo que te mordisquea delicadamente los dedos de los pies o se acurruca adorablemente contra tu pose de Guerrero II. ¿Acaso esto representa un desafío suficiente como para que se considere ejercicio?», se preguntaba la revista GQ.
Este mismo medio añadía: «La aparición del yoga goat es la señal más clara hasta la fecha de que la fiebre del yoga novedoso ha ido demasiado lejos. Como sociedad, debemos reconocer algunos límites razonables en el universo de variables que introduciremos en nuestros programas de fitness para que resulten un poco menos tediosos o difíciles. Juntos, aspiremos a mejorar nuestra condición física a la antigua usanza: sin un animal vivo trepándote por el estómago en plena postura de la rueda».