¿Quién podría rechazar un cheque de un millón y medio de dólares que le llega directo a la mano? ¿Y la posibilidad de jugar durante apenas tres días por una bolsa de seis millones, el premio más grande en la historia del tenis? Nadie. Ni siquiera algunos de los mejores jugadores del mundo, hace tiempo salvados económicamente.

Carlos Alcaraz, Jannik Sinner, Novak Djokovic, Alexander Zverev, Taylor Fritz y Stefanos Tsitsipas no dudaron, pese a llegar al límite en lo físico al tramo final de la temporada, en aceptar la invitación para participar del Six Kings Slam, exhibición que hasta el sábado se disputa en el Kingdom Arena de Riad, la capital de Arabia Saudita, y que transmite Netflix.

De esa manera, este torneo que se enmarca dentro de la Riyadh Season, una serie de eventos financiados por el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita y organizado por la Autoridad General de Entretenimiento (GEA) -la dependencia gubernamental que se encarga de la industria del entretenimiento en ese país-, se convirtió en un show del lujo más que en una demostración del mejor tenis. Algunos de tenistas top llegaron más que tocados físicamente y lo visto este miércoles rozó lo lastimoso.

Zverev, por ejemplo, había contado su padecimiento físico tras quedar eliminado tempranamente del Masters 1000 de Shanghái: «La última vez que jugué sin dolor fue en Australia. Está siendo un año realmente duro a nivel físico porque los problemas de espalda no cesan». Sin embargo, lejos de optar por descansar, viajó a Riad y no tuvo opciones ante Fritz, quien lo venció por 6-3 y 6-4. Fueron los 58 minutos mejores pagos de su vida.

Misma historia para Tsitsipas. El número 24 del mundo, lejano en rendimiento de aquel que fue finalista de dos Grand Slam y alcanzó el podio del ranking, viene lidiando con diferentes incovenientes físicos y se bajó Shanghái para llegar en las mejores condiciones posibles al tramo final de una temporada mala para él (no gana dos partidos seguidos desde abril, en Barcelona). Pero el llamado para reemplazar a Jack Draper, quien dio por finalizada la temporada debido a una lesión en el brazo izquierdo, le movió la estantería. O, mejor dicho, la billetera.

El griego cayó ante Sinner por 6-2 y 6-3 en una hora y 16 minutos que le dejaron el millón y medio de dólares pactado, mientras que en todo el resto de la temporada, que incluye su consagración en el ATP 500 de Dubái, había acumulado 2.026.842 de la moneda estadounidense, según cifras informadas por la ATP. Una desproporción.

Mientras tanto, la gira europea bajo techo se puso en marcha esta semana con tres torneos de categoría 250 (Almaty, Bruselas y Estocolmo) y sólo dos top ten en competencia. Lorenzo Musetti, el número 8 del mundo, es el máximo favorito en la cita belga, y Karen Khachanov (10°), el gran candidato en la ciudad kazaja. En tanto, Ben Shelton (6°) y Alex De Miñaur (7°), además el mencionado caso de Draper (9°), son los únicos que eligieron descanso. Los cinco restantes fueron atraídos por los petrodólares.

Incluso Djokovic, quien días atrás había cruzado a Alcaraz luego de que el actual líder del ranking se quejara del exigente calendario del circuito ATP. «Veo a muchos jugadores hablando de que hay obligaciones en cuanto a los torneos que disputar, pero son para tener un bonus económico (NdR: hay, por ejemplo, un premio especial para los que mejores resultados tengan en la categoría 500). Y hay muchas exhibiciones a las que se apuntan, así que todo es un poco contradictorio», comentó ‘Nole’.

Ambos saldrán el Kingdom Arena este jueves, día de semifinales. Es la nueva realidad del deporte, dominado cada vez más por el poderío árabe. Los tenistas, cada vez más cansados, son exigidos a jugar más y más. En el primer turno, el español enfrentará a Fritz. Luego, el serbio chocará con Sinner. Serán los encargados de levantar la imagen de este novedoso Six Kings Slam, que en su primer día de competencia dejó una muy mala imagen.

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