
Puerto Rico, el rival al que la Selección Argentina enfrentó por primera vez y goleó 6 a 0 este martes en Miami, fue el número 84 con el que jugó la Albiceleste en su historia. Está en el puesto 155 del ranking de la FIFA y no se clasificó al Mundial 2026. Tiene un técnico interino, que es el inglés Charlie Trout, mientras la Federación Puertorriqueña de Fútbol sigue entrevistando entrenadores para elegir al que conduzca el proyecto de cara al Mundial 2030. Y los reconocidos cantantes Daddy Yankee y Rauw Alejandro fueron contratados para ayudar a sellar acuerdos comerciales, entre ellos partidos amistosos como el que se cerró en el Chase Stadium.
Estos datos sirven para contextualizar el encuentro en el que Argentina goleó a los centroamericanos en la cancha del Inter Miami, donde Lionel Messi es local. Justamente, Leo volvió a ponerse la 10 tras la polémica por no haber actuado ante Venezuela y ser desafectado para jugar con su equipo en la MLS.
Y salvo un error inicial que casi es aprovechado por Antonetti, que le pegó a la pelota desde su campo rival y estuvo a punto de sorprender a Dibu Martínez, que salvó lo que era un golazo, el astro argentino tuvo las pinceladas de siempre, que quedaron retratadas en pases mágicos y asistencias, ya que no pudo convertir.
Una de ellas fue cuando pinchó la pelota para Gonzalo Montiel, uno de los que les sacó provecho a este amistoso, ya que convirtió su segundo gol en tiempo regular con la camiseta argentina. También participó del primero al llegar al fondo y tirar un centro punzante que capturó Nico González y Mac Allister empujó de cabeza a la red.
González, en el otro lateral, el izquierdo, también dejó buenas sensaciones, mostrando que puede ser alternativa en ese puesto, sobre todo para jugar contra rivales que se metan tan atrás como lo hizo Puerto Rico, que defendió con sus once futbolistas abroquelados en 30 metros. El zurdo provocó el cuarto tanto al sacar un remate que se desvió en el defensor Echevarría. Y el quinto era de él pero se nubló frente al arco y la empujó Lautaro Martínez.
Y el que más jugo sacó fue Alexis, no solo por los dos goles que convirtió (dejó su sello en la red en el tercero también) sino porque ratificó que es uno de los futbolistas más determinantes de la Scaloneta. Se paró más adelantado, muy cerca del área rival, cuando Argentina atacaba e hizo un buen retroceso para correrse a la izquierda de De Paul y Lo Celso, quienes armaron el doble cinco, una prueba táctica que realizó Scaloni.
Al padre de la Scaloneta el partido le sirvió para hacer evaluaciones de cara al Mundial y, de paso, observar algunos jugadores a los que hizo debutar en la Selección Mayor. Uno de ellos fue el Flaco López, goleador de Palmeiras, quien cumplió. Le costó al principio acomodarse por los pocos espacios que tenía, pero se fue soltando y participó en la jugada del tercer gol. Se mostró, además, predispuesto en cada avance.
Para el segundo tiempo ingresaron Lautaro Rivero, defensor de River, que no tuvo problemas y salió jugando tras un par de buenos cruces y Aníbal Moreno, ex Racing, hoy en Palmeiras, quien entró para imponerse, jugó con mucha naturalidad y manejó con criterio la pelota. Incluso, inició la jugada del cuarto gol abriendo la pelota a la derecha con un gran pase. Y el sexto cambio fue para Facundo Cambeses, el arquero de Racing, quien tuvo sus 15 minutos de gloria en el arco de la Selección, aunque con dificultad en una pelota que le tiraron hacia atrás y casi se la roban.
Y si algo hacía falta como para evidenciar aún más la diferencia de jerarquía entre una selección y otra, quedó plasmada con el ingreso de Lautaro Martínez, que en apenas cinco minutos anotó dos goles y llevó el marcador a un resultado tenístico. Al Toro el amistoso le sirvió para seguir alimentando su estadística goleadora con la camiseta albiceleste y superar a Hernán Crespo en la tabla histórica.
Las diferencias entre Argentina y Puerto Rico, un rival no calificado, fueron grandes, más allá de que Dibu tuvo algunas exigencias. La Selección hizo seis goles y pudieron ser más. Es que el partido se pareció más a un entrenamiento.