Ana Calvo


Ana Calvo


Las tendencias deco este otoño-invierno 2025 han hablado alto y claro. Esta temporada, se llevan los tejidos envolventes que transforman nuestro hogar en un refugio cálido, las texturas con personalidad como la madera sin tratar y el estilo neo-rústico que se inspira en la casa del pueblo de nuestras abuelas. Pero, por encima de todo, se lleva el verde como protagonista absoluto de la paleta cromática.

No hay duda: después de años de tonos neutros y beiges dominando los interiores, el verde, en todos sus matices, y los colores del bosque inspiran la paleta cromática del otoño como un recordatorio íntimo de que la naturaleza siempre tiene la última palabra. Es el color del equilibrio, de la calma y de un lujo que no necesita gritar para hacerse muy presente.

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El verde, en todas sus versiones, aporta una sensación de bienestar inmediata. Los psicólogos del color lo asocian con la armonía y la renovación, y no es casual: nos transporta de forma inmediata al bosque, nos conecta con la naturaleza. En casa, introduce una energía de frescura y serenidad que invita a respirar más despacio y que reconcilia lo urbano con lo natural. Las nuevas tendencias, con las raíces.

Una de las grandes bazas con las que juega el verde en decoración es su inigualable capacidad camaleónica, pues se adapta a todos los estilos y en todos funciona a las mil maravillas: del minimalismo nórdico a la estética clásica y atemporal; del Mid Century Modern, al eclecticismo más bohemio.


Salón clásico en el que los detalles en verde marcan la diferencia.


Maisons du Monde.


Cómo combinar el verde en la decoración de tu casa

Por eso, combinarlo es un ejercicio estético sencillo, agradecido y con grandes resultados. Dialoga con una naturalidad orgánica con los tonos tierra y arena, terracota, gris piedra y madera. Pero si buscas un aire más sofisticado, bastará con atreverse con detalles en dorado envejecido o latón, ya que el contraste entre el brillo cálido del metal y la serenidad del verde es pura elegancia contemporánea. Para un punto más fresco y joven, juega con rosas empolvados o azules grisáceos y si lo que buscas es un ambiente elegante y opulento, apuesta por burdeos, ocres y mostazas.

Los verdes oscuros, como el musgo o el botella, aportan profundidad y sofisticación y son ideales para salones o dormitorios con vocación de refugio. En cambio, las tonalidades más suaves (menta, aguamarina o salvia) iluminan los espacios y aportan una calma discreta que combina con la luz otoñal de manera maravillosa y funcionan de maravilla en entradas y recibidores o en dormitorios infantiles o zonas de trabajo y estudio, pues favorecen la calma y la concentración.


A mí, personalmente, me encanta utilizarlo como contrapunto en estancias neutras. Un cojín verde salvia sobre un sofá crudo, un jarrón de vidrio verde botella con ramas secas, o unas cortinas de lino en verde musgo transforman una habitación sin saturarla. Por no hablar de un sofá importante en terciopelo musgo o una cómoda en tono oliva o verde pino que acapare todas las miradas.

Además, de un tiempo a esta parte, el verde se ha convertido en el color tendencia por derecho propio en otras dos estancias capitales de nuestro hogar. Las cocinas verde salvia o eucalipto, combinadas con encimeras de mármol claro o superficies de madera, son una de las grandes protagonistas de este otoño, otorgando un carácter rústico con reminiscencias de la Campiña y el cottagecore. En los baños, los azulejos verdes en acabado brillo o las paredes pintadas en tonos jade aportan frescura y sensación de spa.


Cocina de estilo rústico con muebles en verde.


IKEA


En cuanto a materiales, el verde se siente especialmente cómodo con las texturas naturales. Lino, terciopelo, cerámica artesanal y madera sin tratar son sus mejores aliados. Un sillón tapizado en terciopelo verde bosque es un clásico que nunca falla; una vajilla verde jade sobre un mantel de lino crudo garantiza una mesa fresca, sofisticada y elegante; una pared pintada en verde oliva mate crea un fondo perfecto para cuadros y espejos; y si la empapelamos con motivos botánicos o geométricos en verde elevará de forma natural cualquier estancia.

Y, por último, no hay forma más acertada que introducir el verde en la decoración de nuestra casa que con sus aliadas naturales, las plantas. Desde las variedades más clásicas y sencillas de cuidar, como el poto o la monstera, hasta un olivo en maceta, cada hoja suma y nos invita a reconectar con la naturaleza abriendo nuestra casa al exterior.

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