Los Juegos Olímpicos no son solamente la mayor cita deportiva mundial, donde nacen los héroes para la historia, sino también una usina de dinero. Y, se sabe, donde hay mucho dinero hay muchos negocios. Legales y de los otros. Las compras de votos para las elecciones de las sedes siempre han estado en la mira y dos casos son icónicos. Cuando Salt Lake City fue elegida sede de los Juegos de Invierno de 2002, hubo sobornos a troche y moche, y el COI expulsó a seis miembros y amonestó a diez por haber recibido prebendas. A su vez, el escándalo de compra de votos para que ganara la candidatura de Río de Janeiro 2016 derivó en la condena a Carlos Arthur Nuzman, presidente del Comité Olímpico Brasileño, a casi 31 años de prisión, aunque tras apelar logró que en 2024 se reiniciara el proceso penal, pero sin considerarlo absuelto. Ahora el movimiento olímpico enfrenta una nueva amenaza: el interés de la mafia italiana en los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina d’Ampezzo, que se desarrollarán del 6 al 22 de febrero próximos.
Ubicada en el Véneto italiano, Cortina es una ciudad eminentemente turística, sobre todo por sus pistas de esquí. Por eso será sede de las competencias de esquí alpino, biatlón, curling, bobsleigh, sketelton y luge. El presupuesto para los Juegos, inicialmente pautado en 1.360 millones de euros, ya asciende a 6.000 millones. Y con tanto dinero en juego, sobre todo en contratos de obras públicas para la cita deportiva, el crimen organizado se había anotado para prenderse por izquierda. Sobre todo en un país en el que, según datos del Banco de Italia, la mafia genera 40.000 millones de euros anuales.
Dos más dos son cuatro y lo que se presumía que iba a pasar, pasó: una trama mafiosa vinculada a la barra brava de Lazio se mudó a Cortina, apretó a funcionarios, tejió una red ilegal y venía picando en punta… hasta que la operación policial “Reset” desmanteló todo e incluso detuvo a dos hermanos romanos vinculados a los Irriducibili, los ultras de Lazio, que pugnaban por quedarse ilegalmente con contratos relacionados con las obras de construcción olímpicas.
Según la investigación de la Fiscalía de Venecia, los hermanos Leopoldo y Alvise Cobianchi, de 38 y 36 años, se habían mudado a Cortina d’Ampezzo para controlar el tráfico de drogas, negocios y licitaciones. En el medio hubo palizas a traficantes, amenazas de muerte a gerentes de locales, una agresión con arma de fuego a un organizador de eventos y un intento de extorsión. Divinos los fratelli.

«Sé quién eres. No soy un delincuente de pueblo: soy el jefe y esto lo resolveremos con armas«, le dijo Leopoldo al comandante del núcleo operativo de Cortina, Alessandro Bui, durante un operativo domiciliario antidroga. Los carabinieri encontraron 40 gramos de cocaína y 25.000 euros en efectivo.
El interés de la mafia no se limitaba a Cortina. Según datos del Ministerio del Interior italiano, citados por el medio especializado “Inside the Games”, se identificaron 169 trabajadores, 57 empresas y 70 vehículos vinculados a estructuras mafiosas en obras de Trentino también relacionadas con los Juegos Olímpicos.
“La rapidez en casos como éste es fundamental para impedir infiltraciones que tienen el mismo efecto que la mala hierba en los campos: cuanto más se extienden, más difíciles son de erradicar. La intervención ha permitido que todo se haya bloqueado antes de que echara raíces en el territorio, lo que nos da tranquilidad. Es lamentable ver que nuestro territorio haya atraído a personas que quieren hacer negocios de tipo criminal a los que no estamos acostumbrados”, aseguró el alcalde de Cortina d’Ampezzo, Gianluca Lorenzi, en declaraciones a “Il Dolomiti”.

“Ante la llegada de los Juegos Olímpicos, se habían establecido protocolos adicionales a los normales de adjudicación, con la intención de hacer que las licitaciones de las obras fueran impermeables a este tipo de ataques externos. A la luz de los hechos, han demostrado su eficacia”, agregó.
Según Al Jazeera, los Cobianchi se jactaban de su amistad con Fabrizio Piscitelli, antiguo líder de los Irriducibili, asesinado en un parque de Roma en 2019. Como todo barrabrava violento, sin importar país ni club, se manejaron dentro del mundo criminal en Cortina y utilizaron la intimidación para imponer su dominio en la zona con frases como: “Somos mafiosos, no te metas con nosotros”.
La fiscalía describió cómo los métodos de extorsión iban más allá de las amenazas verbales e incluían episodios violentos. Un organizador de eventos fue arrastrado a un bosque, golpeado y retenido a punta de pistola, mientras que un hombre con deudas por drogas fue encerrado en el baúl de un auto y amenazado de muerte. Y dos traficantes rivales fueron agredidos por operar sin permiso.

La presión llegó a la política. Según el informe de la fiscalía, en 2023 los hermanos Cobianchi intentaron extorsionar al ex concejal Stefano Ghezze a través de un empleado, para supuestamente intercambiar votos por contratos olímpicos, pero el funcionario se negó. Como señaló el juez de instrucción, los mafiosos amenazaron con represalias: “Esto es Cortina, aquí mandamos nosotros”.
Leopoldo está con prisión preventiva y Alvise, bajo arresto domiciliario. Otras cinco personas fueron acusadas de extorsión agravada, aunque no fueron detenidas.
“Esta operación, que ha desarticulado un grupo criminal activo en una de las localidades más apreciadas de Italia, representa un paso importante en la lucha contra la delincuencia y demuestra el compromiso constante de las fuerzas del orden para garantizar la seguridad de los ciudadanos y los turistas”, valoró la ministra de Turismo, Daniela Santanchè.
En tanto, Andrea Zanoni, consejero véneto de izquierda, fue más allá: “Sabíamos que los Juegos Olímpicos de Cortina serían considerados una oportunidad jugosa por las organizaciones criminales. La principal respuesta útil y sensata es denunciar. Sólo en el silencio y en el miedo encuentra la criminalidad la posibilidad de fortalecerse y expandirse”.