En la pantalla de la laptop aparece un hombre de modales amables, que lleva lentes y viste una sencilla camisa blanca. Es claro que es Dwayne Johnson (sería difícil encontrarle un doble), pero cuesta extrapolarlo de la imagen de héroe de musculatura prominente que vimos en películas como La momia regresa (2001), Rápido y furioso o dos secuelas de Jumanji (2017; 2019). El personaje que nos convoca a periodistas de todo el mundo es de otro calibre. En principio, pertenece a la vida real. Su nombre es Mark Kerr, fue luchador de artes marciales mixtas, y Jonhson lo compone durante los años 1997 y 2000, momento álgido en términos biográficos.

La máquina (The Smashing Machine, 2025) contó con un director de marcado sesgo independiente y autoral, Benny Safdie, quien previamente co-dirigió con su hermano Josh películas como Go Get Some Rosemary / Daddy Longlegs, Buttons (2009), Lenny Cooke (2013), Heaven Knows What (2014), Good Time: Viviendo al límite (2017) y Diamantes en bruto (Uncut Gems, 2019). Su debut en solitario encandiló al jurado del último Festival de Cine de Venecia, que lo premió con el León de Plata al Mejor Director.

La responsable del encuentro es la productora A24, a la que pocos años atrás no hubiera estado mal tildar de “emergente”. Hoy en día, está absolutamente consagrada, gracias a productos que mezclan riesgo artístico y una voluntad de convocar espectadores de forma más masiva. Entre sus películas podemos se encuentran gemas como Midsommar (2019), Todo en todas partes al mismo tiempo (2022), X (2022), Vidas pasadas (2023), entre otras. Repasar los títulos es, al mismo tiempo, encontrar cientos de premios en todo el mundo.

Safdie eligió exponer al ser humano fuera de la épica; una especie de modelo antiheroico que le propone a Johnson en una actuación con más matices y liberado de recorrer con su personaje una trama esquemática. Al comienzo del encuentro, se refirió a la persona que le tocó interpretar: “Tuve la oportunidad de conocer a Mark, a finales de los 90’, cuando estaba realmente ascendiendo hasta convertirse en uno de los mejores luchadores del planeta. Filmar esta película me permitió explorar el pasado, en términos de dolor y lucha”. Y agregó: “Tenía muchos de mis amigos en el mundo de la lucha libre profesional y en el mundo del combate. Algunos de ellos perdieron la vida por problemas de salud mental. Otros perdieron la vida a causa de la adicción. Exploramos una de las sobredosis de Mark, pero en realidad tuvo mucha suerte. Hoy está vivo”.

Queda claro que la película grafica una carrera ascendente no exenta de dolor y sacrificios personales. Lo singular es que Safdie la muestra sin golpes bajos, pero tampoco sin elipsis significativas. Por otra parte, las comparaciones entre la vida de Dwayne Johnson y Mark Kerr están a la vista, con el cuerpo no solo en su presencia material, sino también dentro de su campo simbólico. Al fin de cuentas, es allí en donde en ambas personas se cifra el éxito y el reconocimiento.

“Sé lo que es estar en el camino y sé lo que es tratar de equilibrar, como lo hacemos todos, el trabajo, la vida, las relaciones, uno mismo. Sé lo que es estar de gira y luchar cada noche en una ciudad diferente. Y sé el precio que se necesita. En la lucha libre profesional no hay estaciones, ocurre todas las noches y estás en una ciudad diferente. Y eso realmente le pasó factura a mi cuerpo. Pero creo que le pasó también factura a mis relaciones, en casa y con mi esposa en ese momento. Desde entonces nos divorciamos. Y pasó factura en mi relación como padre. En entiendo la presión de todo eso”, sostuvo Johnson en un momento del encuentro, con absoluta honestidad.

Escribiendo Cine pudo preguntarle sobre cuál fue la escena más compleja de interpretar en relación con su trabajo con las emociones (en un ranking altamente competitivo, como podrán imaginar aquellos que aún no vieron el filme). Y, al igual que hizo con todos los cronistas, respondió de manera detenida: “Bueno, hubo algunas escenas que fueron realmente complicadas, y significaron un desafío. Una de ellas fue cuando fue cuando Mark sufrió una sobredosis por primera vez y estuvo en el hospital. Fue una escena emocionalmente complicada en términos de actuación, porque ahí está este hombre que tiene todo, aparentemente, y ahora, por primera vez, su lucha, su adicción, su dolor y su vergüenza ahora están expuestos al mundo. El gran Mark Kerr ha tenido una sobredosis y está en el hospital. Hablando con Mark y Benny nos dimos cuenta de que una de las cosas que hacen los adictos cuando están en el hospital y van los familiares y amigos es sostener la idea de ‘no creas que hice nada malo’. Y están realmente observando las reacciones de la gente, viendo cómo compran su historia. Finalmente, es bueno tener a alguien que te quiera y te diga que vas a morir si eso continúa. Y emocionalmente se me quedó grabado ese tipo de crisis. Y también sentí qué siente un hombre que tiene la percepción de ser invencible cuando está en ese tipo de situación vergonzosa, que ha tocado fondo y empieza a llorar”. Por otra parte, también sostuvo que aquella escena lo llevó directo a un doloroso momento de su vida, cuando su madre recibió la noticia, acostada en la cama, de que padecía cáncer de pulmón. 

De este tipo de escenas, y de las consabidas luchas de un deporte que hoy está mucho más difundido, se compone buena parte de La máquina, aún en salas para quien quiera (re)descubrir a Dwayne Johnson, el hombre debajo de “La Roca”.