Aloña Fdez. Larrechi

La miniserie británica sobre la batalla que cambió Europa continúa, a pesar de que no está exenta de polémica y los espectadores británicos ya han mostrado su descontento. Y en el cuarto episodio de Rey y conquistador, que ya está disponible en HBO Max, Emma de Normandía se convierte en una de las desgraciadas protagonistas por un hecho tan sorprendente como ficticio.

Y es que el devenir de la malvada reina de Rey y conquistador parece ser otra de las tramas en las que los creadores de la producción histórica se han dejado llevar por la imaginación. Y por otras licencias creativas que han plasmado en los personajes que la rodeaban, para dar lugar a uno de los momentos más impactantes de la historia que narran.

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A pesar de que Rey y conquistador ofrece un retrato de ella muy ventajista, lo cierto es que Emma de Normandía fue una de las figuras femeninas más poderosas de la época. Te contamos quién fue en realidad y qué opinan los expertos sobre el desenlace que le ha deparado la ficción.

El pasado nórdico de Emma de Normandía

Emma de Normandía fue una de los nueve hijos, legítimos y fuera del matrimonio, del duque Ricardo I de Normandía, bisnieta del guerrero Vikingo Rollo, el hermano mayor de Ragnar al que Clive Standen interpretó en la serie Vikingos. Nacida en la década del año 980, a principios de su adolescencia, en el arranque del siglo XI, fue enviada a Inglaterra para casarse con el rey Ethelred, una unión que tenía como objetivo que ambos países uniesen fuerzas contra la amenaza vikinga.


Eddie Marsan como Eduardo el Confesor en una imagen de la miniserie británica Rey y conquistador.


HBO Max


Al convertirse en reina, Emma recibió varias propiedades, el comienzo de una larga lista que terminaría haciendo de ella la mujer más rica de Inglaterra solo tres décadas después. Con Ethelred tuvo dos hijos varones, Eduardo, que pasó a la historia como Eduardo el Confesor, y Alfredo, y una niña, Godgifu. Por aquel entonces, su función principal era ser esposa y madre de puertas adentro, y de cara al exterior ser «la que está al lado del Rey», aunque son diversas las fuentes que sugieren que nunca se llevaron bien.

La Inglaterra a la que Emma llegó a principios del siglo XI estaba marcada por constantes problemas y amenazas de ataques escandinavos. Una tensión que llegó a su punto álgido cuando el danés Sven Forkbeard invadió con éxito Inglaterra, y Emma y sus hijos tuvieron que exiliarse en Normandía, a donde posteriormente llegó Ethelred. Afortunadamente para ellos, el reinado de Ethelred fue breve, ya que falleció un año después de la invasión, en el 1014, y aunque se generaron ciertas disputas, el monarca recuperó el trono.

La mujer del nuevo rey

Con su fallecimiento, dos años después, el hijo del danés invasor, el rey Canuto, recuperó el poder en Inglaterra y al año siguiente pidió que Emma regresara del exilio para hacerla su esposa. Y así se casó con dos hombres que ocuparon el trono consecutivamente, lo que aumentó su poder y consiguió ser influyente en los cargos eclesiásticos de Inglaterra, además de ser reina de Dinamarca y Noruega porque su esposo lo era.


Bradley Freegard como Canuto y Laura Berlin como Emma de Normandía en un fotograma de la serie Vikingos: Valhalla, en la que ella demuestra su poder político.


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La estrategia de tomar como esposa a la viuda de su predecesor contribuyó a afianzar su poder entre los ingleses, a través de una unión que además de pacificar la situación en el país se consideró un símbolo de amistad. Ella no dudó en dejar claro que en ningún momento se había visto forzada a aceptar su nuevo matrimonio, tal vez porque era hija de daneses y su origen norteño era un elemento clave de la identidad normanda.

Las fuentes conocedoras de la época señalan que parece probable que la relación entre ambos se fortaleciera con el tiempo, gracias a su edad, prácticamente idéntica, y a que ella probablemente hablaba danés desde la infancia. En un documento del Nuevo Ministro de Winchester, que ilustra a los leales benefactores del monasterio, ambos aparecen a ambos lados de un altar en un acto conjunto. Una representación que enfatiza la importancia política de Emma.

Luchas familiares por el trono

Cuando Canuto, con el que tuvo dos hijos más, Harthacnut y Gunnhild, falleció en 1935, Emma se quedó en Winchester, donde se asentaba una de las casas familiares, a cargo del Tesoro Real y conservando poder. Harthacnut era el heredero legítimo, y debería haber ascendido al trono inglés, pero no pudo regresar de Dinamarca para reclamar la corona y Harold, que era hijo de un matrimonio anterior de Canuto, gobernó como regente.


Representación de Emma de Normandía en una miniatura del siglo XIII.


DR


La competencia por el trono continuó, los hijos de Emma con Ethelred regresaron del exilio normando y aunque se suponía que contaban con la protección de su hermanastro, Alfredo fue capturado y cegado con un hierro candente, para morir posteriormente a causa de sus heridas. En 1037, Harold fue reconocido como único rey y Emma fue exiliada a Flandes, pero sus ambiciones permanecieron intactas y no dejó de trabajar por llevar a sus hijos al trono, participando activamente en la escena política como reina madre.

Sus aspiraciones se vieron colmadas a la muerte de Haroldo, en 1040, cuando pudo regresar del exilio y Harthacnut ascendió al trono. Su reinado solo duró dos años, y su medio hermano, Eduardo, fue su sucesor. Algo de lo que, muy probablemente, se encargó Emma antes de su fallecimiento, deseosa de preservar su posición asegurándose de que uno de sus hijos siguiera gobernando Inglaterra. Sin embargo, en 1043 Eduardo el Confesor se alió con los Godwin y se volvió contra su madre, acusándola de traición y despojándola de sus tierras y títulos.

Las licencias que se ha tomado Rey y conquistador

Es aquí donde Rey y conquistador difiere (ojo, spoiler) con mayor gravedad, de los hechos históricos, ya que la escena trascendental del cuarto episodio de la miniserie británica que podemos ver en HBO Max no es lo que sucedió. Porque Emma no murió a manos de su hijo Eduardo después de que este sufriera una especie de episodio psicótico y la matase a puñetazos. Su relación cambió, y por eso la acusación de traición; Eduardo ansiaba vengarse de la posición que su madre había mantenido en el pasado, apoyando a Harthacnut para que se convirtiera en rey, y no a él. Pero de ahí a lo que vemos en la miniserie histórica va un trecho.


Eddie Marsan como Eduardo el Confesor y Juliet Stevenson como Lady Emma en una imagen de la miniserie Rey y conquistador.


HBO Max


El desenlace de la reina descrito por la producción británica encaja con el retrato que se hace de Eduardo, un hombre débil e inestable, muy religioso y completamente controlado por su madre que, repentinamente, decide rebelarse. Sin embargo, los expertos señalan que el rey era en realidad un hombre vigoroso y amante de la naturaleza que luchó con éxito y reinó con competencia.

El historiador Tom Licence señala que «no podemos estar completamente seguros» de que Eduardo no acabase con su madre tal y como describe la ficción, «pero eso estaría totalmente fuera de lugar» ya que el rey castigaba a la gente despojándola de sus bienes, «les daba en el bolsillo, no en la cabeza», afirmó. «La mujer más distinguida de su tiempo por su encantadora belleza y su sabiduría», según la profesora de literatura medieval Elizabeth M. Tyler, falleció por causas desconocidas nueve años después de ser degradada, en el año 1052.

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