“Listo, estoy ilusionado”, “Qué bien te veo Vélez querido”, “Se va armando el equipo, andan todos bien y puede jugar cualquiera”, “Qué buenas incorporaciones la de Lanzini y Aliendro”. Estos son algunos de los posteos en la cuenta oficial del club tras la victoria por 2 a 0 a Godoy Cruz. El presente del equipo de Guillermo Barros Schelotto cambió radicalmente en 15 días, tras cuatro partidos sin marcar goles. Y los hinchas pasaron de la desazón a una nueva ilusión. El equipo está en cuartos de final de la Libertadores, es uno de los escoltas de la zona B a un punto de River y en 10 días jugará una nueva final, la Supercopa Argentina ante Central Córdoba de Santiago del Estero.

Los corazones de los hinchas del Fortín están resistiendo a un electrocardiograma con un trazado de picos altos y bajos pronunciados. El año 2023 fue para el olvido y se salvó del descenso en la última fecha; en 2024 se recuperó, fue protagonista en todos los torneos y ganó la Liga; y este año, tras un mal arranque, con una situación comprometida en la tabla anual, otra vez empezó a despegar.

El año empezó con Sebastián Domínguez, quien apenas dirigió nueve partidos, ganó uno, empató dos, perdió seis y apenas marcó un gol. Luego de un interinato de dos partidos (dos triunfos) de Marcelo Bravo, técnico de la Reserva, asumió el ‘Mellizo’ a finales de marzo, justo antes del comienzo de la Libertadores. No mejoró en el torneo y por eso la situación con respecto al descenso en la tabla de posiciones 2025 en el arranque del Clausura era delicada. Quedó eliminado en Copa Argentina a manos de Lanús, ganó la Supercopa Internacional y sigue camino en el torneo internacional. El balance tras 22 encuentros es de 10 triunfos (tres seguidos), 5 empates y 7 derrotas, es decir, un 53 % de efectividad.

En el mercado de pases, además, perdió tres jugadores importantes: Alvaro Montoro, Christian Ordoñez y Valentín Gómez, aunque las ventas le reportaron al club un poco más de 25 millones de dólares. También se alejaron Mateo Seoane y Maximiliano Porcel, que alternaban; Benjamín Bosch y Francisco Montoro, que casi no jugaban; y Lenny Lobato, que volvió de Brasil y se fue a préstamo a Defensa y Justicia. Además, nunca pudo contar con Thiago Fernández, primero lesionado y ahora apartado por no querer renovar su contrato que se vence a fin de año.

De los cinco refuerzos, apenas usó tres: Lisandro Magallán (arrancó con varios errores y mejoró), Rodrigo Aliendro (el más destacado, un motorcito, equilibro el medio) y Manuel Lanzini, quien debutó en Mendoza y mostró algo de su talento. Los otros dos son el arquero colombiano Alvaro Montero y el chileno Diego Valdés, que está lesionado. Además, las tres incorporaciones de principio de año empezaron a tener más peso en el equipo: Tomás Galván, Imanol Machuca y Claudio Baeza.

“Fuimos a buscar a alguien con experiencia, trayectoria, que transmita seguridad y que exija cuando tiene que exigir. Eso es lo que nos está dando Guillermo y estamos muy felices”, dijo tras el triunfo en Mendoza el manager Ricardo Alvarez en Vélez AM670. Otra actitud se vio en la final ante Estudiantes que ganó 2-0 en cancha de Independiente. En el arranque del torneo venció a Tigre con lo justo y después tuvo una seguidilla sin goles con actuaciones de regular para abajo pero con otra actitud: 0-0 con Platense, 0-0 con Instituto, 0-1 con San Lorenzo y 0-0 con Fortaleza.

El cambio empezó con un equipo mixto ante Independiente, más allá de los goles de penal. Y quedó claro ante Fortaleza y Godoy Cruz: ritmo, lucha, presión, concentración, salida por abajo para romper la presión rival, y un buen recambio para defenderse con el balón y sostener la diferencia lograda en la primera media hora. El desafío será consolidar y mejorar lo logrado hasta ahora.