Sara Flamenco

Aunque sepas que debes hacerlo, dejar una relación no es fácil. Sobre todo cuando llevas tiempo con esa persona y tenéis muchas cosas en común, como hipoteca o hijos. Pero hay veces que debes ponerte a ti por delante y ser honesta contigo misma. Y es que si ya no le quieres, no puedes hacer nada por cambiarlo. Marta Martín, psicóloga especializada en relaciones de pareja, lo resume en una sola frase: «Saber cuándo marcharse no es rendirse, es reconocerse».

En uno de sus últimos vídeos publicado en sus redes sociales, la experta nos da las nueve claves que pueden hacerte ver que es el momento de salir de tu zona de confort, dejar a tu pareja, y apostar por ti. Sí, puede que lo pases mal, puede que la otra persona también lo pase mal, pero hay pero a la larga será lo mejor para ambos. Estas señales indican que has llegado al punto de no retorno y lo único que puedes hacer por ti y por tu pareja, es dejarlo e intentar reconstruir tu vida desde cero.

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Señales de que ha llegado el momento de dejar tu relación

1. La comunicación se ha resentido:la comunicación es una de los pilares principales de toda relación, tanto de pareja como de amistad o familiar. Cuando las cosas comienzan a ir mal, es uno de los aspectos que antes da señales de deterioro, puesto que ambas partes de la pareja evitan comunicarse de manera efectiva. Eso hace que no se encuentren soluciones a los problemas, puesto que cada uno habla para tener razón, no para llegar a un acuerdo.

2. Ya no existe confianza: la confianza en la otra persona es otro de los puntos más importantes de una relación. Al pensar en confianza, lo primero que le viene a la mente a algunos es la fidelidad, pero en realidad es un término muy subjetivo y existen personas para quienes la fidelidad no es necesaria ni supone un ataque a la confianza. Sea cual sea tu caso, una falta de confianza en tu pareja hace que se llene de inseguridades y que no estés cómodo con la otra persona.

3. Casi no te importan la vida de tu pareja: ya no te interesa pasar tiempo de calidad con esa persona y cualquier actividad que puedas realizar tú sola, con tus amigos o con tus compañeros de trabajo, te resulta más edificante. Si te das cuenta de que te encuentras en esta situación, replantéate si de verdad quieres estar junto a él o ella.

4. Desconexión física y emocional: esto ya es el punto final. Se da en los casos en los que ya no te sientes atraído de ninguna de tus formas por tu pareja. No hablamos sólo del plano físico y pasional, sino tampoco a nivel emocional. Podrías decir que ni siquiera te cae bien. Llegados a este punto, es difícil reconducir la relación.


Aunque duela, hay veces que es mejor priorizarte y dejarlo con tu pareja.


Foto de Anna Shvets en Pexels.


5. No te esfuerzas por encontrar un punto medio, tu opinión siempre te parece mejor: esto viene derivado de los problemas de comunicación que decíamos al principio. Es difícil que estéis de acuerdo en todo, aunque siempre habíais compartido vuestros principios básicos. Pero ahora, parece que sólo hablais para discutir y no conseguís ceder una parte cada uno para llegar a un entendimiento. ¿Te suena?

6. No te sientes bien junto a esa persona: no tiene ningún sentido tener una relación con una persona con quien te sientes mal, donde predomina lo malo sobre lo bueno y, además, esa sensación se mantiene en el tiempo. Puede parecer naif, pero lo cierto es que una relación debe sumar, y no restar. Si no es tu caso, replantéatelo.

7. Ya no te sientes valorada: sientes que no te respetan ni te tienen en cuenta para nada. De hecho, hay veces que te trata con paternalismo, como si lo que dijeras no tuviera ningún sentido, como si no lo hubieras pensado lo suficiente y él/ella tuviera que indicarte el camino. No hay nada más irritanto. ¿Te pasa?

8. No veis un futuro juntos: según la psicóloga Marta Martín, ese punto de inflexión suele llegar con una mezcla de tristeza y claridad. «Cuando ya no haces planes con la otra persona en tu mente, cuando los proyectos a largo plazo ya no incluyen al otro, la relación comienza a vivir en pasado aunque todavía exista en el presente», dice en su video.

9. Estás con esa persona por miedo a la soledad: aunque en ese momento no lo veas, lo cierto es que es mejor estar solo que con alguien que no contribuye a tu felicidad. Sí, puede ser difícil, sobre todo cuando hay niños de por medio, pero mejor separarse y aprender a estar solo. Quizá así puedas encontrar a alguien con quién te sientas verdaderamente bien. O descubras que ese alguien eres tú misma.

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