
La caída de una banda narco en José León Suárez comenzó con un operativo que apuntaba a una zona caliente del partido de San Martín. En medio de allanamientos simultáneos, fue detenida Laura M. G., conocida como “La Gorda Laura”, señalada como líder de una red que operaba con intensidad en distintos barrios. En los procedimientos se incautaron drogas, armas, dinero en efectivo y vehículos. Según fuentes judiciales, la investigación busca reconstruir cómo funcionaba el circuito de distribución y qué alcance tenía el poder territorial y económico de la organización.
Según informaron fuentes oficiales a LA NACION, la investigación se inició en noviembre de 2024 y fue llevada adelante por efectivos de la Superintendencia de Planeamiento y Operaciones Policiales de la policía bonaerense, bajo la órbita del Juzgado Federal N° 2 de San Martín, a cargo de la jueza Alicia Vence. El trabajo de inteligencia culminó este fin de semana con 20 allanamientos simultáneos, ocho arrestos y el secuestro de importantes elementos vinculados al narcotráfico, entre los que se cuentan: estupefacientes, armas, dinero y vehículos.
Tras varios meses de averiguaciones, se pudo determinar que Laura M. G., dirigía una red narcocriminal con base en el barrio Villa Curita de José León Suárez. La estructura estaba conformada por familiares y colaboradores de confianza, quienes operaban desde distintos puntos de venta bajo la modalidad de “bolseros”, y estaban protegidos por “soldaditos” y “satélites” armados.
Uno de los pilares de su operatoria delictiva consistía en el uso de plantas recicladoras de residuos como fachada para encubrir las verdaderas actividades ilícitas. La más importante, llamada “Firmes al pie de la montaña”, funcionaba dentro del predio de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse). A esto se suman otros dos establecimientos que simulaban ser un comedor comunitario y un corralón de materiales.
En realidad, estos lugares eran el centro neurálgico desde donde se planificaba y coordinaba la logística del negocio ilícito, aprovechando su apariencia legal para funcionar sin levantar sospechas. Según advirtieron fuentes del caso a LA NACION, alquilaban propiedades a integrantes de la cooperativa recicladora con el fin de reforzar el dominio territorial y asegurar la continuidad del negocio.
Durante el despliegue, las autoridades intervinieron cinco líneas telefónicas —una registrada a nombre de la líder de la banda—. Las escuchas revelaron cómo la venta de droga era encubierta bajo la supuesta comercialización de artículos de higiene y alimentos. Además, se identificó a J. J. A. P., alias “Pelado”, como uno de los principales compradores mayoristas, con domicilios en San Martín y Morón.
En uno de los procedimientos, Laura M. G. fue arrestada en una vivienda de José Ingenieros, donde los investigadores incautaron $130.000 en efectivo, cocaína ya fraccionada para la venta, tres motocicletas y un automóvil vinculado a la causa.
En el transcurso de los demás allanamientos, la policía capturó a sus hijas T. J. G. y A. G., a su yerno Brian J. G. y a otros integrantes de la organización, logrando además el secuestro de más droga y sumas adicionales de dinero.
En paralelo, mientras se realizaban traslados en la zona de José Ingenieros y Diagonal 77, dos menores armados fueron interceptados cuando intentaban robar una bicicleta. Se les secuestró el revólver calibre 38 que portaban.
Resultados de los allanamientos: