Israel está cerrando o ralentizando la mayoría de los casos abiertos contra sus soldados por crímenes de guerra en sus ataques en la Franja de Gaza, informó el domingo The Guardian, que cita datos de la organización no gubernamental con sede en Londres Action on Armed Violence (AOAV).

Casi nueve de cada diez investigaciones se cerraron sin encontrar fallos o quedaron sin resolver, escribe el medio.

La AOAV contabilizó informes de 52 casos en medios de comunicación en los que el Ejército israelí aseguró que había llevado a cabo o llevaría a cabo investigaciones sobre incidentes ocurridos en Gaza o Cisjordania entre octubre de 2023 hasta finales de junio de 2025, en los que murieron 1.303 palestinos y resultaron heridas 1.880 personas.

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Sólo en un caso un soldado israelí fue condenado a prisión. El militar fue investigado por atacar con sus puños, una porra y un fusil de asalto a prisioneros atados y con los ojos vendados. En otros cinco casos, se detectaron diversas violaciones que acabaron en despidos y reprimendas.

De los 46 casos restantes, que representan el 88 % del total, siete se cerraron sin que se encontrara culpables a los militares, según la AOAV, mientras que otros 39 permanecen en revisión o sin resultado informado.

Las investigaciones sin resolver incluyen el asesinato de al menos 112 palestinos que hacían cola para recibir harina en la ciudad de Gaza en febrero de 2024 y un ataque aéreo que mató a 45 personas en un campamento de Rafa en mayo de 2024.

La investigación sobre el asesinato de 31 palestinos que iban a recoger alimentos en un punto de distribución en Rafa el 1 pasado de junio también queda sin resolver. Según testigos presenciales, fueron asesinados por las fuerzas israelíes, que abrieron fuego.

En un primer momento, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tacharon los informes de «falsos», pero posteriormente dijeron a The Guardian que el incidente «todavía estaba bajo revisión».

El equipo de la AOAV dijo que las estadísticas mostraban que Israel estaba buscando crear un «modelo de impunidad» y que las investigaciones de las FDI se habían vuelto «más opacas y lentas» a medida que aumentaba el número de víctimas civiles en Gaza.