Después de permanecer embarcada durante casi tres semanas en la fragata Blas de Lezo, la princesa Leonor se reencontraba en Gijón con sus 75 compañeros guardiamarinas con los que ha compartido crucero de instrucción a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano desde el pasado mes de enero.
Ese emotivo momento fue más enternecedor aún cuando la heredera al trono español fue recibida en la ciudad asturiana por su hermana pequeña, la infanta Sofía. Sin anunciarse ni posar para fotos oficiales, la benjamina de la familia real pudo disfrutar de unas horas junto a Leonor después de muchas semanas sin verse y ambas compartieron cena en una conocida sidrería gijonesa.
Ahora que la larga travesía marítima de la princesa se acerca a su final, la penúltima escala del viaje tendrá lugar en el municipio coruñés de Ferrol, antes de seguir navegando hasta Marín, donde desembarcarán los 76 guardiamarinas de las promociones 427 de cuerpo general y 157 de infantería de marina. Así se pondrá fin a la formación naval de Leonor de Borbón, que tras el verano comenzará su etapa en el Ejército del Aire con su ingreso en la Academia de San Javier, en Murcia.
Qué puede ver Leonor en un día en Ferrol
Según la hoja de ruta prevista, el Juan Sebastián Elcano entrará en la ría de Ferrol en la tarde del martes 8 de julio. El atraque en el puerto de Curuxeiras se realizará a primera hora de la mañana del miércoles. Posteriormente, y como ha ocurrido habitualmente en el resto de sus escalas, el emblemático buque escuela de la Armada abrirá sus puertas al público el jueves y viernes en horario de tarde.
Arrancando en uno de los museos navales de Ferrol, el paseo nos lleva luego al Barrio da Magdalena, con trazado racionalista de la época del Ferrol de la Ilustración y donde podemos apreciar el origen de las típicas casas gallegas con galerías. Tras contemplar los encantos de la ciudad desde el Mirador de los Jardines de Herrera podemos visitar el Baluarte de San Juan, para contemplar la ría y el puerto.
La princesa Leonor y la infanta Sofía, juntas de nuevo en Gijón.
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Y precisamente el puerto de Curuxeiras es un buen lugar para pasear y tapear por Ferrol, disfrutando de sus terrazas. Si a estas alturas nos ha entrado hambre, una opción acertada y cercana es la calle de San Francisco, en cuyos aledaños se localizan algunos restaurantes de calidad como O Camino do Ingles o el Bodegón Bacoriño.
Para bajar el almuerzo recomendamos hacer la Ruta de las Meninas de Canido, un proyecto que ha llenado de arte las calles de Ferrol, convirtiendo este lugar un auténtico museo al aire libre y referente a nivel nacional e internacional del street-art. Imprescindible también es la ruta que recorre las principales manifestaciones artísticas del modernismo en la ciudad, partiendo desde el Dispensario Antituberculoso de la calle del Sol y acabando en la Casa Vázquez, en la calle Pardo Baixo.
Las mejores playas de Ferrol
Si, al contrario que Leonor y sus compañeros de barco, se dispone de más días para disfrutar Ferrol, es de ley recorrer sus playas, que son un paraíso tanto para el bañista ocasional como para los aficionados al surf y al bodyboard. Especialmente famosa es la Playa de Doniños, amplia, de arena blanca y fina y una de las preferidas por los surferos. Otra playa muy bien valorada por locales y turistas es la de San Jorge (o San Xurxo), que destaca por sus aguas cristalinas y su entorno natural, con bosques y dunas.
Los más aventureros pueden visitar también calas más salvajes, como la de As Fontes, que destaca por sus aguas color verde esmeralda y está rodeada de acantilados y de la Isla de Santa Comba. Los que deseen contemplar una bella puesta de sol pueden aventurarse en Lumebó, una cala de arena fina y resguardada a la que solo se puede acceder con marea baja y que presenta rocas de formas caprichosas que parecen esculturas.
Y entre playa y playa, una visita obligada es el Castillo de San Felipe, declarado Bien de Interés Cultural. Esta fortaleza constituía la defensa por mar de la ría junto al Castillo de La Palma, situado enfrente, y otro castillo ahora en ruinas. Para acceder a él hay que bordear la ría pasando por los pintorescos barrios de A Graña y San Felipe.