Elena Romero Vargas

La Alpujarra de Granada es uno de esos enclaves que transmiten una magia especial a todo aquel que lo visita. La belleza de sus pueblos blancos entre montañas, la arquitectura tradicional que define su estética y los espectaculares paisajes que sirven de telón de fondo desprenden un misticismo único. Un misticismo que, en algunos de sus pueblos, va un paso más allá.

Si la provincia de Granada ya es de por sí cuna de las leyendas más ricas de la tradición española, existe en ella un pueblo que se lleva la mitología propia al nivel de convertirlo en su principal seña de identidad. Este es el caso de Soportújar, una localidad de la Alpujarra granadina en el que las brujas son más que un atractivo turístico.

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Soportújar, también conocido como el pueblo de las brujas, se ubica en la parte alta de la Alpujarra y es uno de los enclaves más originales de la región. Nada más entrar al pueblo los visitantes son recibidos por el busto de la bruja Baba Yaga, una malvada hechicera de la tradición eslava que sienta las bases de lo que nos vamos a encontrar entre sus calles.

El idilio de Soportújar con las brujas se remonta a la época de Felipe II, cuando los moriscos fueron expulsados de la región tras la Revolución de las Alpujarras y la zona se repobló con inmigrantes procedentes de Galicia, que trajeron consigo su mitología. El despliegue de rituales paganos que se empezó a celebrar allí le valió a los habitantes de Soportújar el sobrenombre de ‘brujos’, algo que han sabido utilizar muy bien para convertir la localidad en el hogar de las malas de los cuentos, dibujando una final línea entre la realidad y el misterio.


Mirador de Soportújar


Ayuntamiento de Soportújar


El legado de las brujas impregna cada rincón del pueblo, tanto los lugares donde se cuentan que se practicaban aquelarres y conjuros como aquellos que se han construido en honor a esta tradición. Estatuas de hechiceras, casas de caramelo o enclaves que se saben encantados conforman Soportújar y hacen que cada vez sean más los curiosos que se atreven a adentrarse en este pueblo mágico para descubrirlo desde dentro.

Si Granada está entre tus próximos destinos de vacaciones y buscas una escapada más especial, sin duda, Soportújar debe estar entre ellas. Sin miedo, atrévete a conocer este peculiar pueblo que desde el siglo XVI se ha forjado una identidad propia, enriquecida con la cultura de otras zonas de España, y que ha sabido aprovechar las habladurías para convertirse en el reclamo de multitud de turistas.


Casa de Baba Yaga


@soportujar_alpujarra


Qué ver en Soportújar para conocer su vínculo

Antes de entrar en el pueblo, merece la pena detenerse un kilómetro antes para conocer la Cueva del Ojo de la Bruja. Según cuenta la leyenda, esta cueva fue el epicentro de las prácticas de brujería locales y es un lugar cargado de leyendas como la que existe sobre la grieta del fondo de la cueva, que se dice que es un portal que comunica con otros mundos. Actualmente, esta cueva abierta al público acoge recreaciones con todo lujo de detalles de hechiceras, pócimas y demás elementos asociados a la brujería tradicional que ayudará al visitante a ponerse en situación.

La bruja Baba Yaga es la anfitriona de esta localidad y una enorme cabeza con su rostro aterrador es la encargada de dar la bienvenida a Soportújar. Según la leyenda, esta hechicera vive en una casa con patas de gallina que, por supuesto, también puedes visitar en este pueblo. Una vivienda digna de un personaje tan curioso que no hace más que dar pistas sobre cómo es la estética del resto del pueblo.

Más allá de espacios conmemorativos, en Soportújar existen lugares a los que aún se les atribuyen propiedades mágicas, como la Fuente del Dragón, también conocida como fuente de la fertilidad. Esta fuente presidida por la figura de un dragón es obra del artista José Vera y se dice de ella que su agua tiene propiedades afrodisíacas y que, como marca la tradición, es también un lugar en el que se pueden pedir deseos.


Escultura de serpiente integrada en la fachada de una de las casas de Soportújar, Granada


@soportujar_alpujarra


Son muchas las esculturas que están repartidas por toda el pueblo y que representan elementos mágicos, sobrenaturales o relacionados con las brujas como arañas o serpientes. Lo mejor de todo es que muchas están integradas en la arquitectura tradicional de la región, pues a pesar de contar con esta particularidad, Soportújar no se desprende de su cualidad de pueblo blanco de la Alpujarra y respeta el diseño tradicional que tan enriquecido se ve con esta peculiar historia.

Eso sí, algunas de sus viviendas se han puesto al servicio de la fantasía, como es el caso de la Casa de Hansel y Gretel. Tal como narra el cuento popular, esta casa se caracteriza por estar decorada con chuches, caramelos y chocolates para atraer a los niños. Era un antiguo depósito de agua que hoy participa en esta labor de enfatizar el caracter mágico de la región.


Mirador de Soportújar, Granada


Ayuntamiento de Soportújar


Más allá de las brujas, Soportújar también es un lugar de una belleza inigualable digna de la zona en la que se ubica. Y el mejor lugar para ser testigo de ello es su mirador, con vistas a otros pueblos de la zona y a todo el paisaje montañoso teñido de blanco que caracteriza la Alpujarra. Esos sí, tampoco te librarás de las brujas aquí, pues preside la plaza una escultura de una bruja y su aprendiz con un caldero enorme en plena preparación de pócimas.

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