Pedro x Javis (2025), la serie documental dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, se plantea como una exploración compartida y colectiva de la obra de Pedro Almodóvar. No se trata de una semblanza nostálgica ni de un repaso biográfico, sino de una serie que transforma el diálogo generacional en una experiencia expandida, donde el archivo se vuelve presente y el homenaje, práctica artística.

Lee también: Crítica de «La Mesías»: «Los Javis» en un viaje sensorial a través de las cicatrices del pasado

La propuesta se estructura en tres episodios: “Amigas y madres”, “Ley y deseo” y “Muerte y cine”. Cada uno aborda un universo temático que, más que ilustrar, tensiona la filmografía almodovariana desde nuevas perspectivas. Las conversaciones entre los Javis y Almodóvar funcionan como el eje que articula escenas, recreaciones y performances, desplegando sentidos sin clausurarlos. A través de esta estructura, Pedro x Javis activa una forma de lectura que no solo revisita películas emblemáticas, sino que también abre interrogantes sobre el impacto emocional, simbólico y cultural de ese cine.

La participación de figuras como Penélope Cruz, Rossy de Palma, Julieta Serrano, Bibiana Fernández, Antonio Banderas, Loles León, Carmen Machi, Lola Dueñas, Leonor Watling, José Luis Alcaine o Alberto Iglesias, entre muchxs otrxs, habilita otra dimensión del relato. Sus intervenciones no ilustran; construyen capas que conectan procesos creativos, memorias compartidas y formas de hacer cine. Lejos de lo testimonial, sus presencias amplifican la intimidad de una obra tejida a lo largo de décadas, donde lo personal y lo político se entrelazan sin rigidez.

La música ocupa un lugar central en esta puesta en escena. Interpretaciones en vivo de canciones de películas de Almodóvar a cargo de Amaia, Nathy Peluso, Guitarricadelafuente, Luz Casal, Albert Pla, Raül Refree y el propio Antonio Banderas, actualizan aquellos temas no como piezas nostálgicas, sino como materiales con capacidad de reinvención. Estas performances, que combinan lenguaje escénico, visual y musical, expanden la dimensión sensorial de la serie.

Pedro x Javis no se presenta como una serie de entrevistas ni como un documental convencional. Su apuesta formal recurre a recursos del ensayo audiovisual, el archivo afectivo y la performance pop. La combinación de registros y texturas —archivo, recreación, conversación, puesta en escena— desdibuja las fronteras entre cine y televisión, entre homenaje y creación. El montaje dinámico y el uso expresivo del color operan como guiños conscientes a la estética almodovariana, pero sin replicarla: la incorporan como lenguaje compartido.

En este cruce de miradas emerge una pregunta que atraviesa toda la propuesta: ¿quién narra a quién? ¿Son los Javis quienes reinterpretan a Pedro, o es Pedro quien, a través de ellos, vuelve a narrarse a sí mismo? Esa ambigüedad es clave para entender el carácter coral del proyecto. No hay una única voz que domine el relato, sino una constelación de subjetividades que construyen, en conjunto, una memoria viva del cine español.

La serie no postula un legado cerrado. Lo que propone es un espacio para poner en juego lo que significa ser espectador, hacer cine y heredar una tradición. Al igual que Almodóvar reformuló los géneros clásicos desde una mirada singular, los Javis reconfiguran el documental desde una práctica que es al mismo tiempo homenaje, investigación y creación. En ese gesto, el tributo se convierte en dispositivo narrativo, en celebración activa de un cine que sigue diciendo, cantando y vibrando.