En conexión telefónica con los periodistas Martín Granovsky y Pablo Caruso estuvo Martín Schapiro, analista internacional, quien ofreció una lectura sobre el presente del conflicto bélico entre Israel e Irán en torno del programa nuclear de la república islámica. «Estamos en un momento de algunas definiciones en cuanto a la posible participación de los Estados Unidos en un rol ofensivo«, observó el especialista, y recordó que en términos defensivos el gobierno de Donald Trump asiste a Jerusalén desde el comienzo mismo de las hostilidades al momento de interceptar misiles que busquen penetrar el espacio aéreo judío.

Schapiro planteó un interrogante: «¿Existe la posibilidad de que Trump esté usando la ofensiva israelí como herramienta de negociación o realmente busca un cambio de régimen en Teherán?», planteó. Luego apuntó que el Pentágono desplegó buques de la armada en el Golfo Pérsico y que además cuenta en la región con seis aviones bombarderos de gran porte capaces de golpear la instalación nuclear Fordow dedicada al enriquecimiento de uranio, excavada en una montaña a casi 100 metros de profundidad.

Si bien el analista subrayó que desde un comienzo Washington se mostró proclive a no intervenir, advirtió durante las últimas horas un mayor involucramiento en el plano discursivo, aunque precisó que a nivel político la base republicana «está dividida» en cuanto a qué rol asumir en el conflicto.

Respecto de Irán, expresó que «se está agotando el tiempo para que Irán muestre algo distinto«, y señaló que las defensas aéreas de la capital se encuentran seriamente dañadas, al igual que la planta nuclear de Natanz. Con su análisis, Schapiro explicó que si Irán no es capaz de demostrar un mayor poder de fuego durante las próximas horas, el conflicto podría volcarse en favor de Israel.

Luego de advertir que «esta noche ocurriría una gran sorpresa», Irán atacó con misiles supersónicos a Israel

Hacia el final, se refirió a los objetivos que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu persigue: desmantelar o retrasar el plan nuclear iraní, acabar con su programa de misiles balísticos y, en última instancia, producir un cambio de régimen que deponga a los ayatolás que gobiernan el país desde 1979.

Este martes se cumplieron cinco días desde que Israel iniciara por sorpresa una ofensiva militar definida como «preventiva» a la que bautizó León Ascendente y cuyo objetivo declarado es impedir que Irán logre desarrollar armas nucleares, postura que Teherán niega rotundamente alegando que su programa atómico tiene únicamente fines pacíficos. Las hostilidades se iniciaron horas antes de una nueva ronda de negociaciones entre Washington y Teherán donde se iban a explorar puntos de acuerdo en cuanto al límite del programa, conversaciones que, intercambio de fuego mediante, entraron en un punto muerto.

Netanyahu aseguró en una transmisión televisiva que Irán produjo uranio altamente enriquecido suficiente para fabricar nueve bombas nucleares, y considera que el programa atómico representa una amenaza a la propia supervivencia del estado judío.

FPT