Diez años han pasado desde aquel ‘sí, quiero’ que convirtió a la modelo en la princesa de Suecia. Una historia de amor criticada por el pasado televisivo de la joven, que sobrevivió a la cuestión pública y que ahora celebra su décimo aniversario siendo una de las parejas más queridas por el pueblo sueco. Hablamos del enlace entre Sofía y Felipe, que tuvo lugar en la Capilla Real de Palacio Real de Estocolmo y que tuvo a una espectacular Sofía como absoluta protagonista de la cita nupcial.
Y es que, como ocurre en toda boda, la novia acaparó todas las miradas y su look ocupó las portadas de casi todos los medios de comunicación europeos. Su vestido de novia era el secreto mejor guardado y los detalles de la prenda, además de los accesorios escogidos, fueron el absoluto trending topic de un evento que fue todo un cónclave royal.
Pasaban las 16:30 de la tarde de aquel 13 de junio de 2015 cuando Sofía entró en el templo y recorrió el pasillo de la capilla del brazo de su padre, Erik Oscar Hellqvist. Todas las miradas se posaron entonces en su vestido, una creación a medida de la diseñadora Ida Sjöstedt, con atelier en Estocolmo, una decisión de lo más aplaudida.
Un vestido de novia con tela española
Haciendo referencia a su condición royal, la que después se convertiría en duquesa de Värmland escogió un vestido digno de princesa con un estilo clásico y detalles especiales que eran tendencia entre las mujeres de la realeza por aquella época. Optó por un modelo de silueta en A, con corte en la cintura y que estaba confeccionado en crepé de seda forrada con organza de seda italiana.
El encaje del vestido de Sofía de Suecia provenía de la casa madrileña de tejidos José María Ruiz
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El diseño se caracterizaba, además de por una falda con cola redondeada, por un cuerpo ajustado de manga larga, escote en forma de pico y encaje de alta costura, repartido tanto por el cuerpo como por la cola. Este último detalle, ponía el sello made in Spain a su look. Y es que, era un tejido que provenía de la casa madrileña de tejidos José María Ruiz (cuyos inicios se remontan a 1982).
Sofía lo combinó con un gran velo que robó gran parte del protagonismo al vestido y que estaba confeccionado en un delicado tul blanco, de estilo tradicional y que se bordó a mano con apliques de encaje de algodón transparente. Una pieza que lució justo encima de un recogido bajo con raya al medio, un peinado clásico que iba en perfecta sintonía con el resto del look.
Una tiara tailandesa transformable

Silvia de Suecia llevó un vestido de novia de escote en forma de pico y velo de tul.
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Pero para complemento especial y protagonista, la tiara. Como buena royal, Sofía añadió esta joya que, como suele ocurrir, tenía su significado e historia. Era un regalo de sus suegros, los reyes de Suecia, y constaba de una montura que formaba pequeñas hojas de palma, cuajadas de diamantes y que sumaban unas imponentes esmeraldas, talla pera, en la punta.
Se dice que es una pieza tailandesa que antes era un collar y que la reina Silvia mandó convertir en diadema antes de regalársela a su nuera. El resultado fue una pieza espectacular que le hemos visto en varias ocasiones a la princesa sueca y que es transformable.
Sofía de Suecia llevó una tiara tailandesa el día de su boda.
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Unos pendientes de diamantes completaban un look de boda que fue de lo más aplaudido y que diez años después es de los más recordados del mundo de la realeza. Además, gran parte de su fama se debe a que no tardó en ser comparado con el que llevó Kate Middleton. Y es que, salvando las distancias la princesa de gales también escogió un vestido de novia con mangas de encaje y escote en pico.