Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina somos muchos los que ya estamos preparando nuestra próxima escapada. A la hora de pensar en el destino de este próximo viaje, el abanico de opciones que se presenta es muy amplio: desde ciudades internacionales que atraen a multitud de turistas hasta playas paradisíacas para disfrutar de unos días de descanso junto al mar.
Pero, ¿qué tal si estas vacaciones pones la montaña como destino principal? No tiene por qué ser necesariamente un plan de senderismo y deportes al aire libre, también puede ser un buen momento para desconectar y conocer más a fondo la historia de nuestro país. Si esto te suena atractivo, estás de enhorabuena, porque sabemos el destino ideal en el que este plan de ensueño es posible.
Para ello, tenemos que viajar a la provincia de Girona, concretamente a la localidad de Osor, un pueblo situado en la comarca de la Selva. Este pueblo rodeado de naturaleza y con la montaña como telón de fondo presume de ser un remanso de paz y tranquilidad en el que, además, la historia tiene un protagonismo muy especial.
Su historia se remonta al siglo X, siendo la Edad Media el momento en el que Osor alcanzó un protagonismo mayor y se construyó buena parte del patrimonio que aún hoy sigue en pie. Pero este pueblo de las montañas de Guilleries también fue referente en la industria minera de los siglos XIX y XX y, aunque en desuso, su antigua mina sigue siendo un buen testimonio del espléndido pasado de la zona.
Pero como ya hemos adelantado, todo este legado histórico no se entiende sin la naturaleza que rodea este pueblecito de Girona. Buena parte del encanto y la esencia única de Osor se debe al paisaje de montañas y bosques que crean su postal y que invitan a adentrarse en él y embriagarse de su calma.
Osor, Girona.
La selva turisme

Qué ver en Osor si vas este verano
Si escoges Osor como destino para tu próxima escapada hay varios puntos que no te puedes perder. Empieza dando un paseo por sus calles empedradas formadas por casas señoriales que reflejan el pasado de máximo esplendor de la zona. Una de esas casas en las que merece la pena detenerse es Can Roure, un edificio del siglo XV que perteneció a una de las estirpes más populares de la baja Edad Media y que destaca por su estructura gótica con motivos vegetales que parece recién sacada de un cuento medieval.
Muy cerca de Can Roure está el Pont Vell, uno de los emblemas de Osor y un enclave desde donde disfrutar de las vistas más bonitas de la localidad. El Pont Vell se construyó en el siglo XV y es también de estilo gótico, y su finalidad era conectar ambas partes del pueblo. Al estar hecho en piedra, se integra a la perfección con el paisaje natural de la zona, contribuyendo a crear una imagen única y muy significativa que lleva creando la identidad de Osor durante siglos.
VIstas de Osor, Girona
TURISME CATALUNYA

Otro de los edificios de época medieval en los que merece la pena detenerse es en la iglesia de Sant Pere. Construida en el siglo XI pero restaurada en el siglo XVIII con elementos barroco que contrastan con el románico inicial, esta iglesia ubicada en el núcleo urbano de Osor crea, junto con el resto de construcciones que la rodean, la viva imagen de lo que fue este pueblo en época medieval y que gracias a estas construcciones aún puede seguir disfrutándose.
Aunque los restos medievales sean los que más abundan, también puedes conocer la herencia minera de Osor y su importancia en los inicios del tejido industrial catalán visitando sus minas. Si bien es cierto que la mayoría se encuentran cerradas por precaución, sí que puedes acercarte al entorno y ver sus alrededores y cómo era el modo de vida en aquel momento para empaparte bien de todo el legado de este pueblo.
Como prometimos, en Osor también hay espacio para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre. Un paisaje así está lleno de rutas de senderismo como la Ruta de la Font de la Formiga, ideal para ver en familia un salto de agua impresionante, el camino de Sant Miquel de les Formigues, que lleva a una ermita en lo alto de una colina con vistas espectaculares de la zona, o la ruta hasta el Pantà de Susqueda, un embalse rodeado de un paisaje único que puedes pasear andando o en bicicleta.