El yoga va más allá del mero ejercicio físico. Esta técnica busca equilibrar la armonía entre el cuerpo y la mente y ayuda a promover el equilibrio hormonal y estimular el metabolismo
. Es por eso por lo que practicar yoga puede ayudarte a adelgazar, además de tonificar toda tu figura y lograr una armonía y paz mental muy beneficiosa para tu bienestar.
Como hemos dicho, algunas posturas de yoga
pueden ayudar a acelerar el metabolismo. Esto se debe a que estimulan el sistema digestivo, las glándulas endocrinas y el flujo sanguíneo, lo que puede mejorar su eficiencia. Además, el yoga ayuda a reducir el estrés, y al reducir los niveles de cortisol, también se beneficia el metabolismo.
Las mejores posturas de yoga para acelerar el metabolismo
Saludo al Sol
Beneficios: este conjunto de posturas dinámicas calienta el cuerpo y estimula la circulación.
Cómo se hace: colócate de pie con las palmas de las manos a la altura del pecho. Sube los brazos hacia el cielo y flexiona las caderas doblando las rodillas hasta llegar con las manos a los pies. Lleva las piernas atrás una detrás de otra o de un salto hasta colocarte en posición de plancha. Apoya en el suelo las rodillas, el pecho y la barbilla y deslízate hacia delante hasta adoptar la postura de la Cobra con los brazos extendidos y la mirada hacia arriba. Eleva el cuerpo estirando los brazos y las piernas y subiendo las caderas hasta formar una V invertida. Lleva las piernas adelante hasta colocar los pies entre los brazos y después ve subiendo el cuerpo manteniendo los brazos en alto. Por último, lleva las manos juntas al pecho.
Postura del Arco
Beneficios: estimula los órganos digestivos y mejora la digestión.
Cómo se hace: túmbate boca abajo con las piernas abiertas y los brazos estirados a los lados del cuerpo. Alza una pierna detrás de otra acercándola a las nalgas y sujétalas con las manos por el empeine. Mantén los brazos extendidos, las piernas elevadas y la mirada al frente. Tu pecho se habrá despegado de la esterilla y te sostendrás únicamente sobre el abdomen.
Postura de la Cobra
Beneficios: abre el pecho, activa las glándulas suprarrenales y ayuda a estimular el sistema endocrino.
Cómo se hace: túmbate boca abajo, con las piernas estiradas y las manos apoyadas en el suelo a la altura de las axilas. Los dedos apuntan hacia delante. Levanta la cabeza poco a poco y continúa levantado en pecho. Cuando veas que no puedes avanzar más, empuja el suelo con los brazos y eleva todo el tronco sin forzar. Desciende lentamente manteniendo la mirada dirigida hacia arriba.
Postura del Camello
Beneficios: mejora la circulación, fortalece los músculos abdominales y estimula las glándulas tiroides y suprarrenales.
Cómo se hace: ponte de rodillas, estira la espalda y deja los muslos perpendiculares al suelo con las manos en la cadera. Inclínate despacio hacia atrás dejando la barbilla cerca del cuello. Después, lleva las manos a los talones y deja caer la cabeza hacia atrás. El abdomen debe estar muy firme para proteger la zona lumbar.
Postura de la Barca
Beneficios: fortalece los músculos centrales, ayuda a tonificar el abdomen y mejora la digestión.
Cómo se hace: siéntate y dobla las rodillas para que los pies queden apoyados en el suelo. Apoya las palmas de las manos en el suelo detrás de tu espalda a la altura de tus glúteos. Levanta los pies hasta que las pantorrillas queden paralelas al suelo y separa también las manos del suelo. Cuando estés estable sobre las nalgas, abre el pecho, relaja los hombros, mira hacia el horizonte y separa las manos de las piernas. Por último, estira los brazos hacia delante para que queden paralelos al suelo.
Postura de la Torsión Espinal
Beneficios: ayuda a desintoxicar el cuerpo y estimula el sistema digestivo.
Cómo se hace: siéntate en el suelo con las piernas extendidas hacia adelante. Dobla la pierna derecha, pásala por encima de la pierna izquierda y coloca la planta del pie en el suelo junto al muslo izquierdo. Dobla la pierna izquierda y coloca el pie izquierdo al lado de la cadera derecha. Coloca el brazo derecho detrás de la espalda, apoyándolo en el suelo cerca de la cadera derecha y gira el torso hacia la derecha colocando el brazo izquierdo en el exterior del muslo derecho. Mantén la postura y repite el proceso en el lado opuesto.