Ana Calvo

Ana Calvo

Si hay una planta de interior que llevamos viendo en nuestros hogares desde hace décadas, esa es la Monstera deliciosa o Costilla de Adán. Sin duda, esta planta de origen tropical y aspecto salvaje fue la reina de los salones en los años 70 y ahora, en pleno revival de tendencias, se ha convertido en una auténtica sensación en las redes sociales.

Tanto es así, que en Instagram encontramos más de seis millones de publicaciones sobre la Monstera y centenares de cuentas le dedican su atención en TikTok, donde sale asociada a términos de búsqueda como ‘
plantas para principiantes‘ y ‘
plantas fáciles de cuidar ‘.

Y es que precisamente eso, los sencillos cuidados que requiere, han convertido a esta planta de la familia de las Araceaes originaria de América Central en una de las opciones favoritas de los millenials y GenZ para poner un toque vegetal en sus hogares y, de paso, homenajear la casa de sus abuelas, como ya hicieran con la fiebre por las vajillas de Duralex
.

Monstera o Costilla de Adán: la planta tropical de interior más bonita

Como decíamos, la Monstera deliciosa también es conocida como Costilla de Adán y es una variedad de lo más reconocible gracias a sus imponentes hojas ‘agujereadas’ con forma de corazón y de un verde intenso. Eso, unido a que se trata de una variedad trepadora que crece con mucha facilidad (puede alcanzar hasta 20 metros) la convierte en una de las plantas de interior exóticas más exuberantes y deseadas.

Aunque se trata de una planta a priori de interior, también ha sido (y sigue siendo) habitual encontrarla en patios, balcones y terrazas. Además, a diferencia de otras especies tropicales mucho más exigentes, la Monstera precisa de unos cuidados de riego, luz, temperatura, abono y control de plagas muy sencillos incluso si eres inexperta.

Cuidados fáciles de la Monstera: luz, ubicación y temperatura

La ubicación para que la Monstera crezca en todo su esplendor es clave, ya que precisa de luz natural abundante pero indirecta, puesto que si el sol le da de pleno, sus hojas podrían llegar a quemarse. Si por el contrario está en un espacio poco iluminado, aunque se adapte a esa falta de luz, su crecimiento se verá muy ralentizado.

Quizá uno de las peculiaridades que más sorprende de la Monstera deliciosa es su gran tolerancia al frío. Y es que, aunque se trata de una planta tropical, puede soportar temperaturas que oscilen (de forma puntual) entre los 5 y los 0 grados, lo que permite que pueda estar incluso en exteriores, siempre que sea protegida de las heladas y sin que le dé el sol de forma directa.

Riego, humedad, abono y transplante de las Monsteras

Tal y como señalan desde Verdecora, el riego es el cuidado más ‘difícil’ de la Monstera. Y es bien sencillo, porque se trata de no pasarnos: «es una planta que no necesita grandes dosis de agua. Es más: el encharcamiento es, precisamente, uno de sus grandes enemigos. Una razón de peso para que la reguemos con mucho tiento«, señalan los expertos.

El riego, por tanto, dependerá de la temperatura, la estacionalidad y el tamaño de la planta, pero lo habitual es de uno o dos riegos a la semana en verano y uno cada 15 días en invierno. Eso sí, «más allá de teorías, hay una regla de oro: es imprescindible que el sustrato esté siempre seco antes de volver a regar«, recomiendan desde Verdecora.

Recordemos que las hojas de la Monstera pueden medir casi un metro cada una y dado su carácter tropical, agradecerán estar en ambientes húmedos o humidificados. Si no es posible, viene bien que de vez en cuando las pulvericemos agua sobre estas hojas, que se verán mucho más limpias y lustrosas si, además, les pasamos un paño húmedo o incluso las ‘duchamos’ en la bañera.

Además, para que alcance su mayor exuberancia, los expertos de Verdecora recomiendan «
trasplantarla cada dos años a una maceta de mayores dimensiones«, así como ser rigurosos y aplicar »una dosis de abono cada 15 días desde el comienzo de la primavera hasta el final del verano. Durante los meses de invierno, lo suspenderemos porque nuestra planta detendrá su crecimiento vegetativo, y el fertilizante puede incluso resultar perjudicial para ella«.