La 9º edición del Festival Internacional de Cine para Adolescentes Cine a la Vista! de San Martín de los Andes se ha consolidado en un espacio para las juventudes de Argentina y la región patagónica. 

Este año, más de 150 jóvenes provenientes de diversas localidades como San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Junín de los Andes, Loncopué, Buenos Aires, Santa Fe, Rosario, Chaco, Formosa, y del país vecino Chile se reunieron para ver, debatir y, finalmente, elegir la película ganadora. 

Un jurado compuesto por adolescentes, con una mirada crítica y una profunda pasión por el cine, tuvo la responsabilidad de elegir las obras que merecían el máximo reconocimiento. En la categoría +16, resultaron premiadas Petites (Francia), dirigida por Julie Lerat-Gersant, con el Primer Premio, y Reas, de Lola Arias, que obtuvo el segundo lugar. Por otro lado, en la competencia general, Aftersun (Reino Unido y EE. UU.), dirigida por Charlotte Wells, se alzó con el premio principal, mientras que Sublime (Argentina), de Mariano Biasin, fue galardonada con el segundo puesto.

A la vez fue premiado el cortometraje Agua zombi (Río Negro), realizado por un grupo de adolescentes que participan de las actividades de la Casita de Nehuen junto con el taller de Cine Comunitario EKESH. Por su parte, el largometraje de ficción Alemania, dirigido por María Zanetti (Argentina), recibió una mención especial.

Cine contra viento y marea

En un contexto crítico para la cultura nacional, realizar esta novena edición tiene un significado especial. “Estamos muy contentas de poder haber llevado adelante este festival, en un momento tan difícil para la cultura en nuestro país”, expresa Nora Di Domenica, co directora de Cine a la Vista!. 

El festival no solo ofrece a los adolescentes la oportunidad de ver cine, sino también de sumergirse en el debate y la reflexión, en un ambiente que los invita a sentirse seguros y libres de expresar sus opiniones sin restricciones ni presiones externas. 

“Este es un espacio donde se sienten libres de decir, opinar y escuchar a otros compañeros, no solo de la región, sino también de su misma localidad. Es imprescindible que estos espacios sigan abiertos«, dice Di Domenica que además de organizar el Festival es cineclubista en Granadero Baigorria, Santa Fe.

Como sucede con la mayoría de los festivales del país, este año el Cine a la Vista! -a diferencia de ediciones anteriores- no recibió apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). 

“Para nosotros, no contar con ese respaldo ha sido un golpe duro, pero seguimos adelante con el apoyo de la Municipalidad de San Martín de los Andes, el Consejo Deliberante y el Gobierno de la Provincia de Neuquén”, afirma la organizadora.

La construcción del futuro

Lo que distingue a Cine a la Vista! es la experiencia de los debates entre adolescentes. Luego de cada proyección, los adultos se retiran y quedan los jóvenes discutiendo sobre las películas en un ejercicio de escucha y respeto. 

En salas que reúnen hasta 130 adolescentes, las voces se cruzan, las ideas se replantean y el diálogo fluye. “Es emocionante ver cómo integran las opiniones de los otros, cómo un comentario de uno hace que otro vuelva a tomar el micrófono y diga: ‘me hizo pensar lo que dijo tal’. Es un proceso comunitario donde la palabra circula y el sentido crítico se agudiza”, destaca Clara Suárez, co directora del Festival.

Suárez afirma que realizar Cine a la Vista! “en este momento es como un bálsamo. Es mucho trabajo porque es la realización de un festival, con muchas películas y mucho público y mucho jurado, pero es un bálsamo al alma, es un momento de encuentro entre quienes lo hacemos y también entre los adolescentes que están participando del festival”.

Esas películas argentinas que hoy están siendo denostadas, criticadas y bastardeadas son las que ocupan la programación del Cine a la Vista! 

“En este festival las proyectamos, les adolescentes las analizan, las disfrutan. Ponen en relieve, por ejemplo, qué importante y qué lindo es ver un jardín como el de ellos, una casa, una abuela, un desayuno como el que tienen ellos en sus casas y eso como poniéndolo en valor. Lo importante es que de ver en la pantalla también lo propio, lo propio transformado en poesía, lo propio transformado en metáfora, lo propio transformado en ficción, eso fue algo que pusieron mucho en valor las adolescencias y eso me parece algo lindísimo para recuperar en este tiempo esto que el cine propio es tan criticado”, dice Clara Suárez. 

Los films cobran un nuevo sentido cuando pasan por el ojo de chicas, chicos y chiques que viven cada obra con pasión. “Esto es política porque nos permiten ver realidades de otros países y nos animan a comprometernos”, argumenta Matías uno de los jurados +16 que en la ceremonia de clausura anunció que el martes 17 en el Centro Cultural Cotesma se proyectará La noche de los lápices (1986) de Héctor Olivera a cambio de un útil escolar. 

“Son muy pocas las veces que les jóvenes tenemos un micrófono y la posibilidad de expresar nuestro punto de vista -en este caso sobre una película- ante nuestros pares”, sostuvo Rayen que viajó desde Santiago de Chile para participar del Festival.

En tiempos donde la cultura parece estar bajo constante amenaza, festivales como este no solo celebran el cine, sino que también crean un espacio vital para que las adolescencias se encuentren, debatan y, en definitiva, sigan construyendo el futuro del cine y de la sociedad.

En medio de las dificultades, Cine a la Vista! es una fiesta de la cultura, un encuentro que viene a recordar la importancia de abrir espacios para el debate y la creación colectiva, especialmente entre las juventudes.