Marta Moreno

La manera en la que ingerimos las proteínas diariamente puede ayudarnos a perder peso o, por el contrario, puede convertirse en una barrera a la hora de adelgazar con éxito. De acuerdo a una nueva investigación, consumir las proteínas de una forma específica durante nuestro día a día no solamente ayuda a mejorar el control del peso y adelgazar, si no que mientras tanto, también mejora la salud intestinal. De hecho, esta clave tiene más éxito a la hora de adelgazar que practicar cualquier tipo de dieta restrictiva. La investigación, liderada por autores de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, se ha publicado en la revista Nature Communications y es bastante tajante.

Los autores aseguran que la clave para perder peso de forma eficiente y en menos de 8 semanas es espaciar el consumo de proteínas de forma estratégica a lo largo del día y combinarlo con un ayuno intermitente flexible (fácil de seguir). Por ello, no estamos hablando de una dieta restrictiva, sino más bien de cambiar o adaptar los hábitos de alimentación diarios, cuidando de no pasar hambre en ningún momento.

El estudio llegó a la conclusión porque compararon los resultados de un grupo de 41 personas con obesidad que siguieron estas recomendaciones durante 8 semanas, con las de un grupo de 41 individuos que durante el mismo periodo de tiempo siguió una dieta de restricción calórica.

Cómo tomar las proteínas para adelgazar en 8 semanas

Siguiendo con las investigación, los autores aseguran que el método que siguieron con los participantes fue un ayuno intermitente con control de proteínas durante todo el día. El ayuno intermitente combina periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimentos y puede ser todo lo variable que queramos. Sobre las proteínas, los autores pautaron la ingesta de estas a lo largo del día.

Por tanto, el método para perder peso en 8 semanas combinando proteínas y ayuno consiste, precisamente, en practicar un ayuno intermitente pautado y combinarlo con la ingesta de pequeñas cantidades de proteínas en periodos constantes a lo largo del día.

En concreto, en la investigación se hizo así: durante 5-6 días los participantes hicieron 4 comidas diarias espaciadas cada 4 horas. En cada una de ellas se incluyeron entre 25 y 50 gramos de proteína (dependiendo del género y el peso de cada participante). También incluyó un periodo de ayuno semanal modificado de entre 36 y 60 horas semanales con 350-500 calorías al día.

Siguiendo este ritmo, los autores descubrieron que los participantes del grupo que practicó el ayuno intermitente con control proteico asistió a una mayor pérdida de peso y, en concreto, de masa grasa total en su cuerpo. Además, perdieron más grasa visceral (que es la que rodea a los órganos). Y por si esto fuera poco, también vieron reducidas sus ganas de comer.

Otros beneficios de practicar el ayuno intermitente y control proteico

Además de eso, los autores observaron también que la salud intestinal de las personas que se habían sometido al ayuno intermitente y control proteico mejoraron su microbiota intestinal y síntomas gastrointestinales, aumentando determinadas bacterias saludables para el intestino.

Tomar proteínas en forma de batidos de alto valor proteico (como hicieron los participantes de esta investigación) también contribuyó a mejorar los niveles en fibra y a mejorar el azúcar en sangre y el colesterol.