Marta Moreno

El colágeno es el responsable de que la piel se mantenga tersa y brillan y, además, es el encargado de unir y fortalecer las conexiones entre los huesos, los cartílagos y los músculos. Esta proteína que siempre pasa tan desapercibida en la alimentación
es más importante de lo que crees, pues es la que ayuda a que nuestro cuerpo esté en perfecto estado físico.

Quizás te suene más por la cosmética: en los últimos años se han hecho famosas
las cremas y los sérums de colágeno que prometen dar firmeza a la piel, tonificándola y evitando los signos de la edad. Sin embargo, los expertos insisten en que la mejor prevención para las arrugas (siendo siempre conscientes de que el paso del tiempo existe e, irremediablemente, nos saldrán) es la combinación de alimentación, ejercicio, descanso y, sí, también el cuidado exterior de la piel.

Por eso, aunque mantengamos en nuestra rutina esos productos de colágeno para tonificar la piel, conviene también no olvidar los alimentos que incluyen esta proteína, pues nos ayudarán a seguir fuertes por dentro y, también, a vernos mejor por fuera.

A este respecto queremos recordar un plato de la gastronomía popular que, si bien dio sustento a muchas familias en la época de la posguerra, ahora se ha olvidado bastante. Y es que hay quien, con solo escuchar su nombre, siente rechazo hacia él. Pero lo cierto es que la concentración de colágeno que ofrece no es comparable con la de ningún otro alimento de nuestra dieta.

Alimento rico en colágeno para cuidar los huesos y mejorar el aspecto de la piel

Es cierto que, aunque ha estado muy olvidado y casi nadie había escuchado hablar de este plato, en los últimos meses se ha visto una tendencia creciente en redes sociales como TikTok hablando de las bondades de este manjar y, además, exponiendo diferentes recetas para conseguirlo.

Hablamos del
caldo de huesos, un plato cuyo origen se remonta, posiblemente, al Paleolítico, cuando nuestros antepasados cazadores sacaban provecho de todas las partes de los animales que conseguían cazar.

«Aporta colágeno y glutamina, ayuda a calmar el intestino, aporta elasticidad y firmeza a la piel, ayuda a bajar la inflamación, ayuda a controlar el apetito por su poder saciante y aporta grasas de buena calidad para nuestro cerebro y nuestra microbiota«, explicaba hace unos años la nutricionista Blanca García- Orea Haro en su perfil de Instagram, donde compartía la receta que ella misma hace en casa.

Cómo hacer caldo de huesos en casa

Esta misma nutricionista es la que explica que
hay un paso primordial para extraer todo el colágeno de los huesos. Algo que no hace la mayoría de la gente al cocinar esta receta: «Es necesario hacer una cocción lenta de 24-48 horas porque así se extraen los minerales y las vitaminas de los huesos poco a poco». Eso sí, en otra de sus publicaciones también explicaba que con 8 horas de hervor lento será suficiente para extraer el colágeno de los huesos. Eso sí, si se opta por esta opción, convendría asar los huesos al horno a 180 grados durante 15 minutos para romper la matriz.

Ahora bien, ¿qué ingredientes se necesitan para hacer caldo de huesos y dónde se pueden conseguir? «Hueso de caña y rodilla de vaca, hueso de jamón, espinazo salado de cerdo, carcasa de pollo, patas de pollo», explica la nutricionista. El jamón se puede conseguir en la charcutería y todo lo demás en la carnicería.

Aunque lo ideal es mantenerlos a cocción lenta durante 24 horas con agua, es posible hacerlos en la olla a presión. Para ello s
erá suficiente con una cocción de dos horas con la presión en el nivel más bajo. Eso sí, el sabor será más intenso y el color algo más turbio.

El paso final será colar el caldo y retirar los huesos.