Cuando pensamos en un vientre plano, el ejercicio estrella que se nos viene a la mente en muchos casos es, probablemente, las abdominales (no te pierdas, por cierto, el accesorio que puedes tener en casa por menos de 10 euros y que te ayudará a conseguir un vientre de acero). Sin embargo, lo que no muchos saben es que las abdominales tradicionales ejercen, además de una presión en la zona abdominal, una flexión excesiva en la columna que puede ser perjudicial si no controlamos bien el movimiento o nos excedemos en la práctica.

Fueron las investigaciones de Marcel Caufriez, un fisioterapeuta belga, las que pusieron sobre la mesa en la década de los 80 que las abdominales tradicionales podían agravar problemas de incontinencia urinaria y disfunciones sexuales debido a esa presión excesiva de la que antes hablábamos. De ahí que propusiera como alternativa la gimnasia abdominal hipopresiva.

¿Cuáles son los beneficios de hacer ejercicios hipopresivos?

Al trabajar la musculatura desde las capas internas y reduciendo la presión del abdomen para proteger los músculos de la zona, no solo estamos realizando un ejercicio menos lesivo para nuestro cuerpo, sino que además tiene un reflejo en el suelo pélvico.

En cuanto a la parte estética, el trabajo no difiere mucho de las abdominales tradicionales: notarás una tonificación de la musculatura del abdomen y cómo se reduce tu perímetro de cintura. Donde sí notarás diferencia es en cómo ayuda a corregir tu postura.

Según el propio Caufriez, entre los grandes beneficios del método hipopresivo se encuentran la ayuda que proporciona en la prevención de hernias, la mejora de la estabilidad del raquis, el aumento del metabolismo o la mejora de la circulación.

¿Por qué se ha convertido en uno de los ejercicios fundamentales de las famosas?

Porque es un ejercicio perfecto para reprogramar la respuesta muscular de la faja abdominal y la musculatura perineal. Te lo explicamos: la musculatura de tu faja abdominal y del suelo pélvico son las que sostienen los órganos en esa cavidad que envuelven. En tu día a día, cuando te ríes, toses, tienes relaciones sexuales, haces deporte etc. estás aumentando la presión abdominal. Si a eso le unimos otros factores como los embarazos, la menopausia o la inactividad, el resultado que obtenemos es que tanto la faja abdominal como la musculatura perineal puedan verse afectadas y ya no hagan sus labores de sujeción correctamente.

Sin embargo, con los hipopresivos podemos devolverle su función y además prevenir el debilitamiento del suelo pélvico en el postparto (si te fijas muchas de las famosas que han sido mamás nos enseñan sus rutinas de hipopresivos a través de stories), prevenir la incontinencia urinaria, aumentar o regular los factores vascularizantes, lo que nos ayuda a solucionar la pesadez de piernas, por ejemplo.

¿Necesitas más razones? Bastará con que los pruebes durante un mes de forma continuada -y bien dirigida por un profesional- para que te convenzas de hasta qué punto marcan la marcan la diferencia. ¡Ya nos contarás!

También te interesa