Hay tres cosas con las que la kettlebell hace magia: el desarrollo del core, el de los glúteos (que es una de las zonas que más nos cuesta tonificar) y la quema de grasa -si esto te interesa, mira el reto de las 600 calorías de Instagram-. ¿De verdad esa bola es capaz de todo eso? De verdad. Y es que la pesa rusa, ahí donde la ves, es una de las herramientas estrella para mejorar el acondicionamiento físico.

Aunque su origen es griego, fue en Rusia donde se empezó a entrenar con ellas de una manera parecida a la que lo hacemos hoy. Originalmente son de hierro fundido, pero en la actualidad podemos encontrarlas con rellenos y recubrimientos de plástico.

En cualquier caso, has de saber que las hay de diferentes pesos y que si consigues dominar el arte de las pesas rusas, serás capaz de moldear tu cuerpo en muy poco tiempo. Marcos Vázquez (Fitness Revolucionario) es uno de los firmes defensores del kettlebell swing.

Marcos Vázquez, que en su día se dedicó a estudiar las esculturas clásicas y a comprender cómo habían conseguido esos cuerpos musculados sin maquinaria, apuesta siempre por entrenamientos tipo calistenia o similares y para él las pesas rusas son un must. ¿Por qué le gustan tanto y, en concreto, por qué es tan firme defensor del kettlebell swing? Porque fortalece los músculos posteriores de las piernas, endurece glúteo, zona lumbar y abdominal, combina actividad aeróbica y anaeróbica y es perfecto para realizarlo con un método tábata.

Pero no es el kettlebell swing el único ejercicio que suele verse en los gimnasios con este tipo de pesa. Se utilizan también para trabajar hombro y brazo (extiende el brazo mientras sujetas la kettlebell, como si fueras la Estatua de la Libertad, y camina durante varios metros sin perder la tensión) e incluso lo hemos visto como peso extra en el ejercicio de la silla, ese en el que apoyas la espalda en la pared y te mantienes en el aire mientras las piernas forman un ángulo de 90 grados –ahí la pesa iría sobre los cuádriceps o cogida directamente con las manos-.

Un elemento sencillo, tanto en la teoría como en la práctica, que empezarás odiando y pasarás a amar cuando veas los primeros resultados.

También te interesa