Solemos estar muy atentas a Paula Ordovás porque nos encanta. Desde sus trucos de estilo, como la manera de llevar el cárdigan que nos volvió locas a sus rutinas de ejercicio. Una de las cosas que más nos gusta es que comparta esos momentos que la humanizan, como cuando enseñó a través de su canal de YouTube su transformación física (no siempre fue gurú del fitness) o que nos cuente, como acaba de hacer, que ella también pasa momentos en los que el estrés la desborda. Y no porque nos alegremos de esos picos infinitos de trabajo o de exigencias que a veces pasan factura, sino porque sentimos que no estamos solas.

Con el lanzamiento de Better Naked Club, Paula Ordovás llegó a estar sometida a unos niveles de estrés y un exceso de entrenamiento que no le sentaban nada bien. Alertada por las alarmas que empezaba a emitir su cuerpo, decidió ponerse en manos de especialistas. ¿Cómo lo supo ella? Pues porque durante dos años, la dieta keto que había seguido –con una eliminación casi total de carbohidratos- y con la que se había sentido tan enérgica, dejó de funcionar. Sentía que no rendía, que no podía dar el 100% como antes y que algo estaba fallando.

Se puso en contacto con Sergio Gómez (Clínica Ityos) con el que empezó a trabajar un cambio de alimentación y a pautar un orden de entrenamiento para que ambas cosas fueran de la mano.

El nutricionista recuerda que cuando Paula Ordovás llegó con los análisis de sangre tenía el cortisol muy alto. “Hay que tener cuidado con el cortisol porque es la hormona que secretamos cuando hay mucho estrés”, explica. “Que el cortisol esté disparado puede producir hasta inflamación sistémica, empiezas a notarte más cansado, en un estado como de letargo, se te puede inflamar un poco el intestino y que no absorbas los nutrientes… Y piensas: si estoy comiendo lo mismo por qué no estoy igual que antes. Y es que en cada etapa pues nuestro organismo va cambiando, se va adaptando y tiene otras necesidades. No siempre se puede estar con esa energía haciendo lo mismo y comiendo lo mismo”.

Ahí está la clave: las etapas de la vida

Paula Ordovás sintió cómo, después de varios años con una dieta que le funcionaba estupendamente, su cuerpo no respondía igual. “Claro –analiza- mi cuerpo estaba sometido a un nivel de estrés y un exceso de entrenamiento debido a Better Naked Club y me afectaba no estar a nivel psicológico 100% para ellos”.

En el caso de la influencer, el lanzamiento de la plataforma y la sobrecarga de trabajo fueron las gotas finales que dispararon las alarmas, pero en el tuyo, en el nuestro o en el de nuestras amigas puede ser que haya dos niños pequeños en casa que hagan más difícil dormir por la noche, que las jornadas de teletrabajo se hayan vuelto maratonianas… Cada persona tiene sus propias circunstancias pero casi todos, en algún momento, estamos sometidos a un gran estrés.

Tanto el estrés como el sedentarismo son las enfermedades del siglo XXI. Nos repercuten a nivel de salud intestinal, todo empieza por ahí: nos inflamamos y ya no absorbemos igual. Pero es que es verdad que a nivel de estrés también repercute en nuestro eje hormonal. Yo veo mucho en consulta personas que tienen que hacer cuarenta mil millones de actividades, sobretodo en mujeres que tienen que ser la mejor amiga, la mejor mujer, entrenar 6 veces a la semana… Es un nivel de autoexigencia que parece que no puedes frenar. Hay que lanzar un mensaje de: oye, permítete escuchar a tu cuerpo porque te está avisando” –explica Sergio Gómez.

Y no le falta razón: escucha a tu cuerpo, que es sabio y te avisa cuando vienen curvas. Si, como Paula Ordovás, tienes muy enraizadas las dinámicas de entrenamiento y un plan de comidas, no olvides chequear de vez en cuando (mediante analíticas) que todo va bien. “A mí la dieta keto me ha venido muy bien durante un tiempo –compartía Ordovás – y me daba mucha energía. En el momento que he visto que mi cuerpo no estaba bien y me daba señales y que no rendía y no me sentía tan enérgica como antes, tuve esa alerta de ahora algo no está funcionando, tengo que cambiar”.

Así que recuerda: no hay dieta perfecta. Hay momentos. Adapta tu alimentación a tu nivel de actividad y tu ritmo de vida. Y entiende que son etapas. No te castigues, no te culpes y no te estreses (es más fácil decirlo que hacerlo), al final la vida son ciclos.

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