Rafael Nadal es el rey indiscutido del polvo de ladrillo de los últimos 15 años. Sin embargo, en el inicio de la gira de esta temporada le está costando imponer su juego ante la nueva generación de tenistas. El jueves sufrió más de la cuenta para vencer al canadiense Denis Shapovalov. Y este viernes, por los cuartos de final del Masters 1000 de Roma, sufrió bastante antes de mostrar una versión compacta e implacable para tomarse revancha ante el alemán Alexander Zverev, su verdugo una semana atrás en Madrid.

En una hora, 59 minutos y 58 segundos, Rafa se impuso por 6-3 y 6-4. En un partido de tenis de alto vuelto y con chances para ambos de quedarse con la victoria, con estadísticas muy parejas en las que el español sacó distancia desde el segundo saque, con el que conquistó 79% de puntos, casi el doble que su rival.

El ganador de 13 Roland Garros se vio más decidido en su tenis y el alemán, que en la segunda manga ya empezó a encontrar su mejor nivel, no pudo evitar que pasase a las semifinales donde se verá las caras con el estadounidense Reilly Opelka, autor de 18 saques directos y sólo 17 puntos perdidos con su servicio, que no perdió, para eliminar al argentino Federico Delbonis (7-5, 7-6).

Nadal arrancó con todo y se puso 4-0 arriba en el marcador mostrando lo mejor de su repertorio, como si no estuviese pagando factura por el esfuerzo que debió realizar para eliminar a Shapovalov. Sin embargo, Zverev se despertó y comenzó a emparejar el juego.

Y fue con el marcador 5-3 a favor del español cuando se produjo la jugada que paralizó a todos. Nadal fue a buscar a la red un dropshot del alemán, se trabó con un fleje y casi termina atrapado en la red.

Su rival se alertó y lo mismo ocurrió con el juez que inmediatamente bajó de su silla. Rafa terminó todo impregnado de polvo de ladrillo, pero se levantó. Y, tras limpiarse un poco, volvió a la acción y no sólo levantó un break point, sino que terminó quedándose con el set.

Pero Zverev ya estaba metido dentro de un partido que tuvo mucha más igualdad en el segundo parcial, donde el campeón en Madrid, peligroso con su revés a dos manos, perdonó sus opciones. Así, en el cuarto juego no pudo aprovechar un valioso 0-40 y en el siguiente, con su saque, un 40-15 que igualó el ganador de 20 Grand Slams para lograr el quiebre clave.

El tenista alemán no se vino abajo, pero esta vez tenía enfrente a un Nadal mucho más sólido y dispuesto a no permitirle la remontada, aunque tuvo que salvar con temple con 5-4 tres nuevas opciones de quiebre antes de cerrar su billete para la penúltima ronda en el Foro Itálico, su segundo mejor resultado hasta el momento en la gira de polvo de ladrillo tras el título en el Godó.