Ya se conocía la idea pergeñada por Horacio de la Peña. Pero esta semana se oficializó. Con la presencia del propio ex tenista, radicado desde hace muchos años en Santiago, se lanzó un circuito que involucra 36 torneos en nueve países sudamericanos divididos en 12 challengers, 24 ITF World Tours para hombres y mujeres y dos Masters. ¿Una idea loca y arriesgada en plena pandemia? Algo de eso hay. ¿Una ayuda inestimable para los nuevos jugadores de la región, para que puedan allanar su camino inicial? Mucho de eso hay, también. Agustín Calleri, presidente de la Asociación Argentina de Tenis, habló de “una oportunidad única para cientos de chicos y chicas… La Legión nació de un circuito muy similar. Queremos que ésta sea una nueva fábrica de tenistas”.

Los torneos están ubicados de una manera estratégica. Los challengers, por ejemplo, se reparten por superficies siguiendo el calendario de los Grand Slams. Es decir que las primeras semanas serán para el polvo de ladrillo, desde el 12 de abril hasta el 9 de mayo (del 26 de abril al 2 de mayo se jugará en Buenos Aires), y servirán para la previa de Roland Garros. Más adelante llegará la apuesta más audaz: un torneo sobre pasto en Florianópolis para tener al menos una semana de preparación de cara a Wimbledon. Luego, otros tres eventos servirán como antesala de Flushing Meadows, sobre cemento. Ya en el último tramo del año (los últimos tres meses) la acción volverá a las canchas lentas y Buenos Aires tendrá un segundo torneo del 6 al 12 de diciembre. El Masters cerrará el circuito en Santiago, del 13 al 19 de ese mes.

Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay recibirán los sueños de cientos de tenistas. “Hay que pensar en todos esos chicos que viajan por el mundo solos, festejando cumpleaños lejos de casa, haciendo esfuerzos inhumanos para conseguir algún punto y justificar los esfuerzos familiares”, dijo De la Peña. El mismo que pensó en esos chicos.