El empate entre Boca y Santos por 0-0 en la ida de las semifinales de la Copa Libertadores generó muchas polémicas por el arbitraje del chileno Roberto Tobar. Una supuesta infracción del defensor Carlos Izquierdoz a Marinho llevó a los dirigentes del Peixe a elevar un reclamo a CONMEBOL. Pero las disputas no terminaron ahí.

El conjunto paulista comunicó que el micro que trasladaba al plantel fue agredido con piedrazos luego del partido. No obstante, el chofer desmintió las acusaciones.

«El autobús de Santos fue apedreado cuando llegó al hotel donde se hospeda. La piedra terminó rompiendo el cristal y pudo haber causado alguna lesión grave a la delegación de Santos», fue el mensaje que publicó el club a través de sus redes sociales.

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Sin embargo, la versión de la institución no concuerda con la descripción de los hechos que dio el Gringo, el chofer que traslado al plantel brasileño que fue el mismo que llevó a Boca al Monumental en la final de la Copa de 2018 y terminó descompensado por el ataque de algunos hinchas millonarios.

Según le explicó a TyC Sports, lo que terminó impactando y provocando la rotura del vidrio fue una rama que levantó un camión que se trasladaba delante del micro. Con estas dos versiones encontradas, sumado a la polémica por el arbitraje, la previa de la revancha entre el Xeneize y el Peixe va levantando temperatura.