Es la confianza, estúpido

La fiesta va llegando a su final, encendieron todo, barrieron el salón y el último que apague la luz. Esta es la situación del gobierno del Presidente Alberto Fernández, quien en diez meses agotó todos los recursos que tenía a su disposición. Hoy debe reinventarse o dar un paso al costado. El dólar Blue llegó a $195 y en algunos casos a $200. Esto no solo significa haber duplicado holgadamente el precio del oficial, sino que también superó lo que en el ámbito del Banco Central se denominó “zona de pánico” que es a partir de los $180. En efecto, debieron tomar deuda para bajar a $181 y ganar un poco de tiempo hasta que vuelva a subir. Solo resta esperar el impacto de esta nueva suba de la moneda estadounidense en la canasta básica y volveremos a sentir los vapores del infierno. Las reservas líquidas serían cero y estamos a minutos que el gobierno comience a meter mano en los encajes bancarios, venda oro, pida la ayuda Covid al FMI, convierta en deuda el acuerdo con los chinos o alguna otra maniobra nociva para el país. Todo indica que esta situación se agravará ya que el campo no va a liquidar granos ni vendrá ayuda de otro posible salvador.

Elecciones legislativas: desafíos oficialistas y opositores

El salario mínimo argentino es menor a cien dólares, lo que nos coloca debajo de Haití y únicamente superior al de Cuba y Venezuela. La pobreza es del 41% y son pobres el 60% de nuestros jóvenes. Desde las PASO, las empresas argentinas que cotizan en Wall Street perdieron un +80% de su valor. Lejos de alentar la producción, proyectan subir el impuesto a la ganancias del 35% al 41%. Sumen a esto último que proponen gravar plazos fijos, cajas de ahorro y títulos en bienes personales. La recaudación cayó ocho meses frente a la inflación, con una leve mejora en septiembre. El anuncio económico de mayor relevancia hasta este momento ha sido el pago de peluquería con Ahora 12, mientras que los combustibles aumentaron un 15% en dos semanas. Entre abril y junio se perdieron 3.757.000 empleos. Se trata de 289.000 registrados, 16.965.000 informales y 1.774.000 cuentapropistas. El destino de las empresas varía entre resistir, huir o fundir. En efecto, el difícil escenario de diciembre pasado se ha convertido en apocalíptico.

Cuando sea muy tarde

El relato no calma a las fieras

La promesa de cuidar la salud en desmedro de la economía ha resultado también parte del relato. La gestión en materia sanitaria ha sido desastrosa, nuestro país suma 1.102.000 casos, que lo coloca en el puesto seis del mundo, apenas debajo de Francia. Los muertos ascienden a 30.000, cifra que no es simbólica y nos ubica en el lugar número doce. La cantidad de casos por millón de habitantes es de 24.500, es decir más del doble que Suecia 10.700; país que mantuvo la totalidad de sus actividades con un leve impacto en su vida social y economía. Sumemos que Argentina fue eliminada del registro Our World in Data, dependiente de la Universidad de Oxford, debido a la mala calidad de información que proporcionábamos al mismo.  En efecto, la cuarentena de Alberto ha dado pésimos resultados. Mientras tanto el país sigue incomunicado y muchas actividades no han podido comenzar, entre ellas la educación. En estos más de doscientos días nunca hubo ejemplo, ya que mientras Moyano socializaba con el Presidente, Solange no pudo despedirse de su padre.

El relato se defiende con control social. La creación del NODIO, organismo estatal creado por la misma gente que otorgó un premio de libertad de expresión a Hugo Chávez, se realizó con el objetivo de ser un observatorio destinado a trabajar en la detección y verificación de la “información falsa” emitida por periodistas y redes sociales. Ese proyecto, inconstitucional y fascista por donde se lo mire, es descendiente del NODO del franquismo; y se originó como consecuencia de la impotencia oficialista de poder mostrar gestión. La charlatanería del kirchnerismo necesita dioses para adorar, en esto se enmarca el homenaje a Néstor Kirchner, a diez años de su muerte, evento que quedó reducido a dos pintadas, unos videos en redes sociales y desempolvar una estatua. En efecto, la ciudadanía entendió que la muerte no dignifica y que “Estas cajas” eran su debilidad y legado.

Rubinstein: «Propusimos salir de la cuarentena de forma inteligente y no nos escucharon”.

Nafta al fuego

Las declaraciones de Eduardo Duhalde sobre el clima social no tomaron por sorpresa a nadie, salvo a los voceros del status quo. Siete banderazos en 3 meses hablan del clima que vivimos. El 13 de septiembre y el 12 de octubre la gente volvió a ocupar el Obelisco y las plazas del país; y el 8 de noviembre se espera una gran movilización que terminará por confirmar que la iniciativa esta en manos de los autoconvocados. Mientras tanto, los compañeros ante el inevitable hecho de haber perdido “la calle”, impulsaron un 17 de octubre virtual, movililzaron camiones y trajeron algunos micros del interior violando su cuarentena inexistente. La celebración fue para el olvido, mucho vino y chori, muy poca gente y un zoom que no ocurrió.  Sumen a esto que el Juez Ercolini avaló las marchas y las movilizaciones en cuarentena al sobreseer a un grupo de abogados que se realizó una protesta el 4 de junio en la puerta de los tribunales. Por su parte una magistrada en Mendoza, Alejandra Mauricio, afirmó que los DNU de Fernández son inconstitucionales, ya que “un decreto no puede crear delitos ni figuras penales”.

La Corte Suprema de Justicia al aceptar el per saltum en el caso de los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli, no solo mostró que el Poder Judicial baila la música del clima social, sino también que ese ritmo puede no ser del agrado de la vicepresidente. Este fuego se alimenta con la carta de Cristina Fernández sobre el desempeño de los funcionarios y la necesidad de acordar con otros sectores. Las usurpaciones en Entre Rios de la mano de Grabois, Guernica y su desalojo eterno; y la Patagonia donde alcanza con auto percibirse “mapuche” para tomar tierras e invocar un derecho ancestral de propiedad son el combustible que hacen de la Argentina un país explosivo.