Esta semana se cumplieron 66 años de la creación de la fábrica de las Puma, una moto sencilla y de buenas prestaciones, en las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME, actual Fábrica Militar de Aviones).

Una de esas joyas de la industria nacional vive aún en la casa de Raúl Giacardi, un apasionado por las motos, quien la adquirió hace siete años.

“La adquirí porque me apasionan las cosas nacionales, fabricadas en Argentina, la compré en 2012 en San Francisco. La moto no está restaurada a cero, está recuperada”, cuenta Giacardi.

El también mecánico guarda la Puma en su taller, junto a otras motos de características distintivas. Desde allí la saca para los encuentros o para los desfiles. También, a veces, para dar unas vueltas.

Raid de los mil kilómetros

Con esa Puma, Giacardi se embarcó junto a un amigo, Nildo Porta, a una aventura por la provincia de Córdoba. Así, en 2013 hicieron el raid de los mil kilómetros, un viaje por distintos lugares de la geografía cordobesa.

Así, recorrieron siete etapas: de San Francisco a Córdoba; Córdoba Mina Clavero;  Mina Clavero Taninga Tanti; Tanti Totoral; Totoral Mar Chiquita; Mar Chiquita Morteros; Morteros San Francisco. En total fueron 1030 kilómetros recorridos.

Raúl Giacardi (2)

“Fue un proyecto hermoso, no pensé que iba a dar la vuelta por los años de la moto y lo escabroso del camino, pero tratamos de abarcar toda la geografía posible, variada”, contó Giacardi.

En el trayecto, ambos tuvieron la oportunidad de visitar la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA). “Ahí nos atendieron muy bien. La mayoría de los trabajadores ni sabían de la Puma, porque se dejó de fabricar en el 66 y nosotros fuimos 50 años después. Para nosotros fue una gran emoción porque por el mismo portón donde había salido la Puma 60 años antes, volvía a entrar. Una alegría terrible”, recordó.

Bien cuidada

La moto que conserva Giacardi cuenta con un importante trabajo de mantenimiento: “La moto estaba en marcha pero se corrigieron cosas, se recuperaron otras que estaban gastadas, se pintaron algunas piezas que estaban excesivamente gastadas, pero los cromados son originales, no fueron tocados. La parte mecánica prácticamente no se tocó. Se arreglaron algunas cosas, se cambiaron cubiertas, se pusieron los espejos, se acondicionaron las luces. Y ahí la tenemos y la disfrutamos”, concluyó.