Elena Romero Vargas

Sabemos que en estos meses de invierno el plan más apetecible tiene como escenario algún pueblo rodeado de montañas y, a ser posible, con una estampa nevada coronando la visita. Pero, si somos sinceros, cualquier época del año es buen momento para pasar unos días junto al mar, especialmente si lo que buscas son unos días de descanso y desconexión y, de paso, disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España.

En la provincia de Alicante se encuentra uno de los destinos más populares para la temporada estival, pero también uno de los más encantadores para visitar en los meses de temporada baja. Altea es conocida como «la cúpula del Mediterráneo» gracias a las dos cúpulas azules que coronan su silueta y que sobresalen entre las casas de fachadas blancas que caracterizan este lugar idílico.

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Altea se caracteriza por contar con uno de los cascos antiguos más bellos y mejor conservado del Mediterráneo, y es que a pesar de ser uno de los lugares predilectos de los turistas desde hace décadas, ha sabido mantener a la perfección el encanto estético e histórico que le han valido su fama actual. Este casco antiguo está formado por calles empedradas, de clara herencia medieval, y un trazado adapta a la perfección a las condiciones geográficas de la zona. Entre tanto blanco destacan detalles típicos de la decoración mediterránea, como las flores en los balcones o los mosaicos coloridos que salen al paso.


Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, Altea


@visitaltea


Las joyas que no puedes dejar de ver en tu visita a Altea

Entre los edificios más emblemáticos de esta localidad destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, la responsable del sobrenombre por el que se conoce a Altea. Se encuentra en la parte alta del casco antiguo, en la Plaza de la Iglesia, y aunque el edificio actual es del siglo XX, fue construida sobre los restos de una iglesia barroca del siglo XVI, levantada a su vez en el lugar que ocupaba el antiguo castillo.

Lo que más llama la atención de esta iglesia son sus dos cúpulas cubiertas con tejas azules, seña de identidad de Altea. Responden a un estilo propio de la zona levantina y simbolizan una conexión entre el cielo y la tierra. La realidad es que estas cúpulas azules ponen la nota de color al paisaje dominado por el color blanco y crean un conjunto perfecto con el cielo y el mar.

Junto a la iglesia se encuentra el Mirador de los Cronistas, también conocido como el Mirador de la Muralla, que ofrece unas vistas impresionantes a la costa alicantina y a la Serra Gelada (para aquellos que echen de menos la montaña en su escapada en temporada invernal). Si el día está despejado, incluso, puede apreciarse la silueta de los rascacielos de Benidorm.


Altea, Alicante


Comunitat Valenciana


Vayas cuando vayas, las playas de Altea, con aguas turquesas y cantos rodados, son parada obligatoria. Pero antes de pararte a orillas del mar y disfrutar de la paz y la desconexión que éste ofrece, merece la pena visitar la Torre de Bellaguarda que se encuentra en la zona más antigua del pueblo. Es una antigua torre de vigilancia del siglo XVI hecha en piedra de mampostería que se usaba para controlar la llegada de piratas a la costa, aunque hoy esta misión ha quedado obsoleta y se ha transformado en un precioso mirador.

A unos 5 kilómetros del centro de Altea se encuentra una de las construcciones más curiosas de la zona. Hablamos del Templo de San Miguel Arcángel, una obra arquitectónica construida entre los años 2002 y 2007 con madera procedente de los Urales y mano de obra rusa. ¿El motivo? Fue la primera iglesia ortodoxa de España, estilo que se ve claramente reflejado en su singular estética fácil de relacionar.


Spa de ZEM Wellness Clinic Altea


ZEM Wellness Clinic Altea


ZEM Wellness Clinic Altea, la parada obligatoria para una experiencia de relax de lujo

Después de recorrer las preciosas calles de este enclave alicantino y deleitarte con su belleza, no hay nada como recuperar fuerzas enfocándote exclusivamente en el autocuidado. Y el mejor lugar para hacerlo es en ZEM Wellness Clinic Altea, un hotel centrado en la salud y el bienestar que eleva el estilo de vida mediterráneo a la categoría de lujo. Ubicado en un enclave natural privilegiado, este hotel dispone de una amplia oferta de servicios centrados en el cuidado físico y emocional de cada huésped que van desde terapias innovadoras, nutrición personalizada o actividades físicas como el yoga o el Pilates.

Dentro de toda esta propuesta de bienestar – que merece la pena conocer de cerca – destaca una atracción que va a poner el broche de oro a tu escapada a Altea, especialmente si vas a desconectar de la rutina en días de frío. Hablamos de sus espacios termales, perfectos para asistir al final de la jornada o, por qué no, para incluir dentro de un día entero dedicado a cuidarte y descansar. Cuenta con un circuito de spa centrado en terapias con agua, pero también tiene experiencia como los baños de arcilla, sauna, hammam y bañera de hidromasaje. Todo lo que necesitas para volver de esta escapada a un lugar tan especial como es Altea completamente renovado.

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