Un grupo de amigos que pasaba la noche en una vivienda ubicada al final de calle Uspallata, detrás del barrio Keoken en Villa García (Tanti), fue víctima de un violento asalto que se extendió durante casi una hora y dejó a las víctimas con un profundo estado de shock.

El hecho ocurrió cuando los jóvenes estaban cenando al aire libre, sin imaginar que tres hombres armados se acercaban a pie desde la zona del río, aprovechando la oscuridad y el silencio del sector rural.

Según relataron las víctimas, los agresores irrumpieron de manera repentina y los redujeron apuntándoles con armas de fuego. No tuvieron posibilidad de reaccionar ni de intentar escapar. En pocos minutos, los delincuentes los golpearon, los tiraron al piso y los ataron de pies y manos con violencia. Luego, los empujaron hacia el interior de la vivienda y los encerraron en el baño, donde quedaron inmovilizados y sin saber cuánto tiempo permanecerían allí.

Mientras tanto, los asaltantes recorrieron la casa habitación por habitación, revisando muebles, aberturas y pertenencias. Según contaron las víctimas, durante todo el asalto escucharon gritos, amenazas constantes y exigencias de claves bancarias. Bajo presión y temor, debieron entregar sus contraseñas mientras los ladrones realizaban movimientos en los teléfonos y dispositivos para ejecutar transferencias desde sus cuentas personales.

Dentro del baño, el grupo permaneció en completa indefensión, sin poder ver lo que ocurría afuera y sin saber si los agresores se irían o si la situación podía escalar a algo peor. El encierro duró cerca de una hora, aunque para ellos según describieron la percepción del tiempo “fue eterna”.

Cuando finalmente los delincuentes se retiraron, se llevaron dinero en efectivo, pertenencias de valor y dos motocicletas: una Honda Tornado 250 y una Yamaha XTZ 250, ambas propiedad de los amigos que estaban de visita en la casa. También sustrajeron los celulares del grupo.

Tras algunos minutos de silencio absoluto, uno de los jóvenes logró aflojar las ataduras y liberarse. Con gran esfuerzo, logró desatar a los otros dos amigos, que todavía estaban inmovilizados y en estado de shock.

Apenas pudieron salir del baño, se dirigieron corriendo media cuadra arriba hasta la vivienda vecina, situada a unos 50 metros. Allí pidieron ayuda desesperadamente y comenzaron los llamados de emergencia. 

Días después, uno de los celulares sustraídos se encendió en la ciudad de Córdoba. La señal volvió a aparecer por segunda vez en la misma zona, reforzando una posible ruta de escape de los agresores. Ese dato ya fue incorporado por los investigadores.

La denuncia fue radicada en la Unidad Judicial de Villa Carlos Paz y la causa está caratulada como robo calificado, bajo secreto de sumario. Desde Fiscalía no se difundieron detalles por el momento.

El grupo de amigos manifestó que continúa profundamente preocupados. Expresaron que desde aquella noche cualquier ruido los altera, que sienten inseguridad en la zona y que el episodio dejó una marca emocional difícil de procesar. Señalaron además que en Tanti están ocurriendo hechos que no siempre se hacen públicos y que terminan circulando “de boca en boca”, por lo que consideran importante que la comunidad tome dimensión real de la situación y exija medidas de prevención en las zonas rurales.